Castigada en la Granja del Tío - Relatos Eróticos

Castigada en la Granja del Tío

... pasaba con tu tía, pero sus ubres eran mucho más grandes.

Dijo el hombre peñizcando de improvisto su pezon, haciéndole gemir despacio y provocando que un hilo grueso de leche saliera de este.

Rápidamente el hombre se arrodilló frente a la chica sentada en el sillón, entre las piernas de esta y sin aviso llevó su boca a succionar con fuerza uno de sus tetas.

—¡T-tio! ¡¿Qu-que está haciendo?!

El hombre no respondió, siguio chupando de aquella tetita joven como si fuera la última gota de agua en el desierto.

—¡Tu leche es deliciosa, Evita!

Dijo con delirio, yendo a chupar la otra tetita desatendida.

La chica solo gemia por la nueva sensación, sintiendo placer al sentir sus tetas descansar de aquella leche por fin.

Aquella tarde Emilio tomó un litro de dulce leche materna de su sobrinita.

—Escucha, desde ahora déjame ordeñarte siempre que tus tetitas se llenen ¿sí, Evita?

—S-si tío.

—Tu tía disfrutaba mucho que la ordeñara. Pero se fue secando con el paso de los años. Tú eres como una fuente de leche joven y muy llena.

—¿Hacían muchas cosas con mi tía en esta vieja granja...?

—Oh, ni te imaginas, niña... tu tía era una mujer especial, hacía muchas cosas por la granja.

—Y-yo, al parecer soy parecida a ella... ¿cree que tomaré su lugar?

—¿Quieres tomar el lugar de tu tía, Evita?

—¡Si tío!

—Bien, esta noche, te mostraré las tareas que cumplia tu tía con rigor. Ya no puedes dar paso atrás.

Este es el primer capítulo de una serie que planeo. Díganme ¿que quieren que Evita pruebe primero en la granja de su tío?