El Tiempo en sus Manos 7 - El gran Descubrimiento - Relatos Eróticos

El Tiempo en sus Manos 7 - El gran Descubrimiento

El Tiempo en sus Manos 7 – El Gran Descubrimiento

Esta vez sí dejo caer el diario al suelo al oír el título de la siguiente entrada, y escucho completamente hipnotizada como comienza la narración.

Por suerte reacciono tras unos pocos segundos y apago el diario para no seguir escuchando más. Una vez que todo queda en silencio, abro el misterioso cofre, pero no con la intención de guardar el diario, sino para buscar el sobre con las fotografías de las esclavas capturadas por Jess.

Paso las fotografías rápidamente hasta que con un pequeño grito me detengo en una en concreto, en esa fotografía, tres jovenes de aproximadamente unos veinte años posan en bikini en un bar de la playa. La observo durante varios segundos hasta que finalmente me centro en un texto escrito al pie de la página con la misma letra que llevo viendo los últimos días en el diario. Un poco asustada, pero muy excitada comienzo a leer el texto.

Al igual que el resto de los huéspedes del hotel, las tres chicas posaron sin problema para el fotógrafo del hotel, sin sospechar que esa foto, además de en el archivo fotográfico de hotel acabaría en mis manos junto a otra docena de fotos más, todas ellas de chicas atractivas y solitarias.

Con la foto en mis manos y los registros del hotel, no me fue difícil acceder a la información personal de las tres chicas y determinar enseguida que eran objetivos válidos para mi colección. Las tres chicas son sin duda auténticas tres bellezas que me darán mucho placer mientras las entreno como esclavas y que alcanzarán un alto precio cuando las venda en la próxima subasta, aunque primero quiero ver si tengo la posibilidad de follármelas antes de su captura.

La primera de las tres jóvenes empezando por la derecha, es una joven esbelta y delgada, de al menos metro ochenta de estatura, su cuerpo no destaca ni por sus tetas que no son demasiado grandes, ni por tener demasiadas curvas, su principal atractivo son sus largas y firmes piernas seguramente producto de interminables sesiones de entrenamiento en atletismo, y sobre todo su aspecto exótico, su piel oscura y bronceada, brillante por los aceites protectores destaca considerablemente contra su cabello rubio muy claro y su bikini blanco de dos piezas.

Podría venderla fácilmente en Roma haciéndola pasar por una esclava persa, y sería perfecta para que la transformasen en una de esas pony girls que tan de moda se están poniendo entre algunos pervertidos miembros del Senado.

La joven colocada en el medio es completamente opuesta a la primera chica, apenas un metro cincuenta de estatura, pero con un cuerpo lleno de curvas y con unas buenas tetas que apenas oculta con el bikini rojo sin tirantes que lleva. Su pelo negro cae prácticamente hasta su cintura cubriendo una piel muy blanca, aunque ahora está algo enrojecida por el tiempo pasado al sol, sus ojos azules y sus carnosos labios, la convierten en un conjunto imposible de no mirar, una esclava a la que su nuevo dueño no podrá dejar ...