1. MI PROFE DE NATACION Y SU VERGA DE 25 CM. (1)


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Gays Autor: marcos-wanda, Fuente: SexoSinTabues30

    ... a estar nadando junto con ellos”.
    
    Y, dándome una suave palmadita en uno de mis “carnosos, suaves, tersos y aterciopelados cachetes”, agregó:
    
    -“¡Vamos! ¡Entra al agua!”
    
    Yo le sonreí, en esa forma pícara, socarrona e incitante, en la que solía hacerlo cuando alguien era de mi agrado y vaya si el profesor lo era.
    
    Ya dentro del agua, comencé a hacer unos suaves ejercicios y mientras los llevaba a cabo, hice un paneo para observar a alguno de los chicos, quienes tampoco estaban para nada despreciables, pero toda mi atención estaba puesta en Christian y allí mismo, empecé con uno de mis métodos de provocación e incitación preferidos, cual era simple y sencillamente, mostrar todas las virtudes y encantos de mi super culo.
    
    Si bien, en aquella primera clase, no podía quitarme el traje de baño y exhibir mi encantadora, alucinante y magnífica parte trasera, si podía, entre suaves movimientos, hacer que mi diminuta y por demás ajustada prenda, no pueda contener adentro y por mucho tiempo, a mis carnosos y apetitosos “cachetes”.
    
    Al finalizar la clase, salí del agua (el resto de los chicos ya se habían retirado del natatorio) y me dirigí hacia los vestidores, para terminar de secarme, quitarme el traje de baño y vestirme con la misma ropa, con la que había concurrido.
    
    Estaba aún desnudo, cuando el profesor ingresó a los vestidores en forma intempestiva y sin que yo reparase en ello.
    
    -“¡No te asustes! ¡Es normal que nos veamos desnudos!”
    
    Y, en tono risueño, agregó:
    
    -“Somos todos varones y estamos en el vestidor de un natatorio”
    
    Pero cuando él se quitó su traje de baño, me quedé pasmado y paralizado ¿El motivo? Tenía una verga increíblemente grande y eso que la tenía completamente fláccida.
    
    “¡Guau!” – Pensé para mis adentros – “¡Sí así está ahora, no me imagino como será erecta!”
    
    Christian notó rápidamente mi estado de asombro y tal vez, a sabiendas ya él de lo que provocaba en los demás, me dijo:
    
    -“¡Muy grande! ¿No?”
    
    Obviamente se estaba refiriendo a su entrepierna y mientras pasaba una toalla por esa parte de su cuerpo, yo me animé y le pregunté sin ningún tipo de preámbulos:
    
    -“¿Cuánto mide?”
    
    Christian largó una carcajada, ante mi pregunta y respondió:
    
    -“¡Parada! ¡Veinticinco centímetros y diez centímetros de grosor!”
    
    Yo no le podía quitar la vista de encima y estaba total y completamente absorto por esa espectacular entrepierna, tanto que no reparé en el hecho de que aún estaba desnudo.
    
    “¡Ah! ¡Bueno! ¡Yo tengo lo mío, pero vos no te quedás atrás con semejante culo!” – Exclamó el profesor observando mi parte trasera y agregó, en tono imperativo:
    
    “¡Date la vuelta!”
    
    Yo accedí sin decir palabra alguna y le ofrecí, a su vista, mi increíble, maravilloso y alucinante trasero.
    
    “¡Que pedazo de culo! ¡Qué culazo! ¡Es perfecto!” – Volvió a exclamar Christian.
    
    Todo quedó allí, ya que, entre elogios y halagos hacia nuestras respectivas “partes íntimas”, terminamos de vestirnos y nos fuimos del lugar, ...