1. Fantasías cumplidas 2


    Fecha: 24/06/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Hansberville, Fuente: TodoRelatos

    Poco a poco fue pasando el tiempo y todo aquello se fue olvidando. Es cierto que durante unos meses quedé muy señalada pero todo va pasando. En mi caso no lo pasé tan mal como pueda parecer. Si es cierto que me comí un castigo y una bronca monumental por parte de mis padres pero dicen que el tiempo todo lo cura. He de decir que aprobé matemáticas, por méritos propios, más allá de mi affaire con el profesor de la materia. El año siguiente me matriculé en COU y me lo tomé lo suficientemente serio como para sacarlo sin problemas, era una manera de responder a mis padres y que volvieran a confiar en mi.
    
    Para entonces ya me habían levantado el castigo de no salir durante todo el verano. Fue duro pero entendí que era lo menos que podían hacer después de la que había montado con el profesor. Nunca más supe que fue de Juanmi e Isabel. Honestamente tampoco me interesaba demasiado. También desapareció de mi mente esa fantasía de hacerlo con un maduro. Aunque mi libido no se reducía. Durante el verano me había matado a pajas, mi mente seguía siendo una fuente inagotable de fantasías sexuales. Pasé muchas horas en el baño dándome duchas de agua fríay metiéndome distintas piezas de verdura para aplacar mis calores vaginales.
    
    Una noche de viernes me quedé sola en casa cumpliendo mi castigo. Y en pleno excitación se me ocurrió que lo mejor que podía hacer era ver una de aquellas películas porno que emitía, entonces, Canal+. Tumbada en el sofá del salón, desnuda de cintura para abajo me dispuse a calentarme con una sucesión de escenas excitantes, mucho menos elaboradas que las que producía mi propia imaginación.
    
    Recuerdo que la historia se desarrollaba en una cárcel de mujeres. La protagonista, que cumplía condena (como yo) por algo que no había cometido (yo si) era visitada por una funcionaria de prisiones impresionante. Por supuesto, la rubia de tetas perfectas entraba en la celda y obligaba a la morena convicta a desnudarse para su disfrute. Aquella escena lésbica encendió algo en mi mente. Nunca me había fijado en ninguna otra mujer pero la curiosidad de saber como sería comerse una rajita comenzó a tomar fuerza mientras veía como la funcionaria de prisiones lamía el coño de la presa al tiempo que la penetraba analmente con una porra descomunal. Aquella noche me pajeé varias veces fantaseando ser la presa violada por su carcelera.
    
    Los siguientes meses me comencé a fijar en distintas chicas. Lejos de dudar de mi heterosexualidad entendí que aquello no era más que la necesidad de probar distintas opciones de mi disfrute sexual. A partir de octubre comencé a salir con un chico compañero de curso. El tipo no estaba nada mal y sabía usar una buena polla. Era bastante mayor que la del profesor de matemáticas. Y me daba mucho placer cuando lo hacíamos. Pero en la intimidad de mi habitación, o durante mis duchas, mis fantasías pasaban por tener una sesión de sexo lésbico.
    
    En enero quedé para salir de fiesta con mi amiga Adela lo que me llevó a ...
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