1. Marcelita 02


    Fecha: 23/06/2019, Categorías: Hetero Autor: adrianam477, Fuente: SexoSinTabues30

    ... que no tenía mucho tiempo hasta que Camila detectara su prolongada ausencia. Devolvió la almohada a su lugar y sin querer observó que entre el forro del colchón y la base del mueble sobresalía un trozo de tela, lo jaló y se percató que se trataban de unas braguitas de niña, sin duda de su princesita. Esto hizo estallar en Fabián una erección casi instantánea. ¡Era la braguita blanca que la niña escondió bajo su colchón el día que se estuvo tocando en su habitación por primera vez! El olor concentrado por los días que la prenda llevaba escondida era indescriptible. Fabián abrió la braguita y vio que la zona del puente estaba endurecida y con una especie de baba de color blanco, con una tenue línea café en la parte de atrás. Aspiró profundamente la braguita que tenía impregnado ese particular y erótico olor a la rajita de Marcelita. Era como entre salado y ácido, como el más dulce de los perfumes. Presa de una descomunal erección y desesperado por masturbarse, salió con cuidado de no ser visto de la habitación con la pequeña prenda íntima en su bolsillo y se dirigió al baño, entró y cerró con seguro. Ya en la seguridad del baño se tomó un instante para disfrutar y recorrer con la yema de los dedos cada detalle de la prenda de algodón con delicados bordados infantiles en las orillas, por puro morbo miró la etiqueta que ponía la marca y la talla: 7-8 años. Al ser la niña tan delgadita, Camila le compraba ropa interior de una talla menos para que le quedase bien. Fabián detectó que esa mancha blanca endurecida en la entrepierna del calzoncito eran nada más y nada menos que fluidos vaginales producto de alguna intensa excitación sexual de su niña, por lo que intuyó con total certeza que la niña ya se tocaba solita, que ya se prendía. Al borde de la locura se sacó la verga del pantalón y se la envolvió con la parte interior de la braguita para sentir la tela que había estado en contacto con la vaginita y el culito de la niña rodeando su pene, lo que casi instantáneamente le hizo acabar sin siquiera jalársela. Trató de venirse en dirección a la taza del baño para no manchar los azulejos. La venida fue masiva, finalmente de alguna forma había podido “estar” con su niña. Se recompuso y se guardó el tesoro en el bolsillo, se lavó las manos, se acomodó la ropa y salió a toda prisa a la mesa del comedor. Se disculpó por la tardanza y adujo dolores abdominales. Le comentó en voz baja a Camila que ya desde esa mañana se sentía mal y que había ido solo por cortesía, que por supuesto no había sido la comida del almuerzo lo que le había enfermado. Se disculpó frente a todos y comentó que era mejor que se fuera para hacer más creíble su coartada del motivo de su excesiva demora en “el baño”. Sus compañeros le comprendieron y de esta manera se largó con un botín inesperado en su bolsillo y con la dulce experiencia de haber conocido los aposentos de su princesa, de la que ahora estaba aún más que enamorado.
    
    Al analizar lo sucedido ya en casa, Fabián se imaginó que ...
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