1. Una cita (1)


    Fecha: 24/01/2022, Categorías: Fetichismo Autor: HCL1979REBIRTH, Fuente: TodoRelatos

    Despacio, con un suave movimiento, se descalza bajo la mesa del restaurante y sonriendo lleva sus dos pies enfundados en medias a los bajos del pantalón de su acompañante y los mete por dentro sonriéndole mientras los desliza hacia arriba. El joven se tensa al sentir el roce del suave nylon en sus pantorrillas y tiene que soltar la cuchara con su trozo de torrija caramelizada mientras mira fijamente a la muchacha sonrojándose y notando una erección.
    
    -¿Molesto? - pregunta ella sonriendo mientras se mete una cucharada de su tiramisú y la desliza después de dentro de su boca sin despegar la labios, boca abajo, despacio, chupando con delicadeza perversamente sensual.
    
    -En absoluto. - susurra él cada vez más excitado.
    
    Ella recuerda que cuando chateaban en la red social donde se conocieron él la dijo su debilidad por los pies de las mujeres.
    
    “Unos pies descalzos de mujer es lo más sensual que hay” le confesó.
    
    Desde ese día, ella se dijo que si llegaban a conocerse, jugaría con sus pies con ese chico.
    
    Eran dos chicos normales. No eran ni muy altos ni mu guapos, ni muy gordos ni muy delgados, ni muy guapos ni muy feos… de esos que ves por la calle bien arreglados y piensas “me lo follo” pero no por desesperación, si no porque son de esos que son normales, como uno mismo, que no va al gimnasio demasiado ni se cuida, que se deja llevar pero se mantiene bien con su vida así.
    
    Ambos tenían entre veinticinco y treinta, aún no se habían confesado la edad, y ambos habían tenido una relación más o menos larga, cuatro años ella y tres el, y un par de relaciones follaamigos.
    
    Él jamás había confesado su fetichismo a ninguna, y había decidido empezar a hacerlo ¿que tenía que perder ya?Así que cuando empezó a chatear con ella, se lo soltó. Con las tres anteriores a quien se lo confesó, a los pocos días, le bloquearon, pero ella, siguió hablando con él, indagando más sobre ese fetichismo, y pasadas dos semanas, tras hablar cada día, le pidió una cita, y allí estaban, en ese caro restaurante de la calle Jorge Juan en Madrid, terminando de cenar a las once y media de la noche, tras un menú degustación con vino tinto ambos.
    
    -¿Tomamos una copa en algún sitio o quieres ir a casa… me da igual la tuya o la mía? - dijo ella sacando un pie del bajo y subiéndolo por la pierna por encima de los vaqueros , posándolo en el abultado bulto de la entrepierna del chico que, sudando, llevo la mano bajo la mesa y acarició ese pie apretándolo contra sus huevos notando la humedad que desprendían después de estar calzados en esos tacones durante varias horas en esa calurosa noche de julio.
    
    Se ha puesto medias, se decía él, a pesar del calor, sabe lo que me gustan y se ha puesto medias, pensaba acariciando ese empeine que transpiraba a sus manos, acariciando la punta e incluso la planta, apartándolo unos segundos de su entrepierna para posarlo después de nuevo.
    
    -¿Donde vives?
    
    -Por Ventas. ¿Tú?
    
    -Aquí al lado, más cerca… - dijo él casi sin aliento notando ...
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