1. Mi madre me prefiere ahora a mí


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... como si nada.
    
    Cambió de canal y en la pantalla salió una película donde una pareja hacía el amor. No cambió de canal mientras seguían haciéndolo y cuando la escena terminó, apagó la tv.
    
    -Tu padre me ha contado que nos has visto haciéndolo. Y sonrió.
    
    Yo no dije nada.
    
    -Mi niño es un voyeur.
    
    No sabía dónde meterme. Si con mi padre me daba corte, con mi madre era peor.
    
    -Te has pasado unos años mirándonos. ¿Cuantas pajas te habrás hecho con tu madre, eh?
    
    -Mamá, no digas eso. Ninguna.
    
    Ella se quedó mirándome con deseo. Estaba claro que me había visto la polla tiesa.
    
    No volvió a decir nada y terminamos de ver la película. Luego me dijo que estaba muy cansada y que la ayudar a acostarse. Así lo hice.
    
    A la mañana siguiente me desperté tarde. Estaba medio empalmado y después de mear con dificultad, no me la meneé, me fui a desayunar.
    
    Estaba con el desayuno, cuando mi madre me llamó.
    
    La saqué de la cama y me pidió que la llevara al baño. Dejó la muleta a un lado y me dijo que le bajase el pantalón del pijama y las bragas. Era raro, porque siempre lo había hecho ella sola.
    
    Pude ver su coño depilado aunque no quisiera, porque se quedó de pie sobre la taza antes de sentarse.
    
    Iba a salir, pero me pidió que me quedara y que la ayudara a limpiarse. Aquello se estaba poniendo muy feo.
    
    Después de lavarnos las manos, me dijo que le apetecía ducharse antes de desayunar. Se quedó en pelotas delante de mí sin cortarse.
    
    Se agarró a mi hombro para meterse en la ducha y pude verla por primera vez de frente, desnuda, como dios la trajo al mundo. En mis escapadas nocturnas solo había podido verla de espaldas.
    
    Aquello fue lo más. Tenía dos tetas de al menos una talla 100, grandes, caídas un poco, pero suficientes para poner la polla de un adolescente tiesa como un mástil, aunque este fuera su propio hijo.
    
    Ella lo hizo aposta y me dijo que nos ducháramos juntos.
    
    -Mamá, que dices.
    
    -Anda hijo, métete conmigo en la ducha.
    
    Yo intenté huir, pero ella me arrastró dentro. El agua caía sobre mí, vestido y me bajó el pantalón del pijama y el calzoncillo y pese a su rotura de tibia y peroné, se inclinó y me chupó la polla. Una chupada tierna, suave, de una madre a su hijo.
    
    No duré mucho y me corrí sobre su cara, aunque fue lo mejor, porque en ese momento la puerta de casa se abrió. Era mi hermana que volvía de juerga.
    
    Yo salí corriendo de la ducha y mi madre se limpió la cara con el chorro.
    
    -La próxima vez quiero tenerte dentro, me dijo en voz baja, con una cara de viciosa increíble.
    
    No iba a tardar mucho en estar dentro de ella.
    
    Esa misma tarde, después de comer todos juntos, mi hermana me dijo que se iba con su novio al cine. Mi padre había quedado con unos compañeros a terminar un trabajo, aun le quedaba casi todo el mes para terminar de trabajar.
    
    Al final mi madre y yo nos quedamos solos en casa.
    
    Mi madre llevaba un vestido vaporoso por el calor. La escayola también debía de darle mucho calor. ...