1. Voy a visitar a mi hija a la universidad (Parte 4)


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... descansar, pero sabía que mi niña no se había corrido aun.
    
    -Ahora vamos a terminarlo mi niña.
    
    -¿Cómo papi?
    
    -Que vamos a seguir haciéndolo.
    
    La puse a cuatro patas y se lo hice así.
    
    Mi pene estimulaba al máximo su punto g y en pocos minutos nos corrimos con un grito, yo por segunda vez.
    
    -¡Aaaaah! ¡Papiiiii!
    
    -¡Mi niñaaaa! ¡Qué gustooooo! ¡Ah, ah, ah!
    
    Ahora sí, nos tumbamos y nos quedamos dormidos los dos juntos.
    
    Al día siguiente volvía mi mujer. Mi hija no tenía clases el lunes y pasaríamos el día los tres juntos.
    
    Mi mujer llegó el lunes por la mañana temprano. Tenía el día libre por el congreso y decidimos tomarnos el día para nosotros.
    
    Hicimos muchas cosas juntos, pero en algún momento en que nos quedamos solos, mi hija me propuso contarle a su madre lo que habíamos estado haciendo.
    
    Le dije que ni se le ocurriera, que era una locura. ¿Cómo iba a contarle que me estaba tirando a mi propia hija? Me mataría o algo peor.
    
    La solución llegaría sin pensarlo más tarde.
    
    Eran así como las doce de la noche. Mi mujer y yo medio dormíamos, o eso pensaba yo, porque entonces noté su mano en mi paquete. Me medió desperté y sentí como mi mujer me masturbaba con su mano derecha.
    
    Subía y bajaba sobre mi polla y aunque apenas sentía placer, porque me lo hacía despacio, era muy relajante.
    
    Entonces se quitó el sujetador y me hizo una cubana con sus tetas. Las tetas de mi mujer siempre han sido lo mejor de su cuerpo junto con su culo. Mi polla se deslizaba sobre ellas como mantequilla. Debió echarse un lubricante, aunque yo no notaba nada.
    
    Siguió un poco más y acabé corriéndome en sus tetas.
    
    Cogió un pañuelo de papel y se limpió las tetas. Para entonces ya estaba despierto del todo.
    
    -Aun no has acabado, me dijo sonriendo. Ahora me toca a mí.
    
    Se subió encima de mí y me cabalgó. Me hizo una cabalgada profunda y luego se echó hacia atrás como había hecho mi hija antes. No sospeché nada, pero en ese momento, mi hija apareció desnuda y se quedó parada en el umbral de la puerta de nuestra habitación, mientras mi mujer seguía follándome.
    
    Con un par de dedos mi hija se masturbó mirándonos y justo antes de llegar al orgasmo, mi mujer se giró sabiendo que ella estaba allí.
    
    Yo no pude más y me corrí con un grito, y casi al mismo tiempo, mi hija y mi mujer se corrieron también.
    
    Mi hija se subió a la cama con nosotros y me dijo que le había contado a su madre lo nuestro.
    
    Misteriosamente mi mujer no puso ninguna pega. Yo entonces les confesé que tenía una tercera persona en mente, para que se uniera a nosotros. Sara sonrió y le dijo al oído algo a mi mujer.
    
    Nuria me hizo un gesto de afirmación con la cabeza.
    
    Quería que lo hiciera con las tres. Ahora tendría que prepararme y convencer a Sonia para que viniera a casa y folláramos todos juntos.
    
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