Voy a visitar a mi hija a la universidad (Parte 4)
Fecha: 22/06/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
D
espués del encuentro con mi hija en la universidad, donde nos chantajeó su compañera Sonia, y me hizo follármela, habíamos decidido que nos veríamos más a menudo.
Yo ahora mismo era un hombre satisfecho, muy satisfecho debería decir. Además de a mi hija, me tiraba a mi mujer, con lo que todo quedaba en familia y era perfecto. Mi hija no me había preguntado aun si follaba con su madre, aunque debía de pensar que era lógico que así fuera, si había vuelto a vivir con ella.
Ese día decidimos hacer algo peligroso y excitante. Habíamos quedado para follar en el tejado del edificio principal del campus.
Subimos por separado. Eran las 5 de la tarde y mientras los que no estaban haciendo deporte, dormitaban en sus cuartos, mi hija y yo nos encontramos en la terraza.
El edificio principal del campus esta como a unos 2 kilómetros del centro de la ciudad, aislado de todo. El problema era si podían vernos o no desde el resto de la universidad.
Delante nuestro estaba el campo de rugby o futbol, ya que era polivalente. Por detrás, las piscinas olímpicas, donde a esas horas solo había 3 o 4 despistados. En lado izquierdo la entrada al campus y en el derecho, nada absolutamente.
Decidimos pegarnos más a ese lado, para ninguna mirada curiosa pudiera sorprendernos.
Pese a que estábamos a finales de septiembre, aun hacía calor. Yo soy algo blanco de piel y decidí subirme una toalla para taparme un poco. Así además, podríamos escondernos en caso de “peligro”
Me puse encima de mi hija como siempre, ella no me había montado todavía, y lo hicimos así.
Terminamos tumbados encima de la toalla en el tejado. Decidí contarle que estaba haciéndolo con su madre también y que la compartía con ella.
-Tranquilo papi. No pasa nada. Además, primero lo hiciste con ella para poder engendrarme a mí.
Me alegraba que me comprendiera tan bien.
Bajamos y nos despedimos.
Pero algo me rondaba la cabeza. Había probado a su compañera, y me gustaría repetir con ella como os conté. ¿Estaba poniendo los cuernos a mi hija o a mi mujer? Quien sabe, eso no eran cuernos, ¿o sí?
Tenía su número, ya que lo había copiado al bajar al cuarto de mi hija, y decidí llamarla. Ella por supuesto no sabía que era su padre como os dije, sino que pensaba que era su amante.
El teléfono dio varios tonos y no contestaba. Estaba a punto de colgar, cuando contestó.
-¿Quién es?
-Hola, soy Gerardo, ¿me recuerdas?
-Claro Gerardo. Has tardado en llamar.
-Mi hija no sabe nada, pero quiero volver a verte y...
-Dilo. Follar conmigo, ¿no?
Me había pillado.
Ella era muy madura para su edad, y enseguida llevó el ritmo de la conversación a su terreno y quedó conmigo para ese sábado a las 5 de la tarde en el centro comercial.
No me dejó decirle que podrían descubrirnos.
Llegó el sábado y me vestí bien, me perfumé y salí para el centro comercial. Mi mujer estaba de congreso ese fin de semana y mi hija no estaba en casa, estaba con su compañera de cuarto ...