1. Mi amiga y yo follamos con un madurito por dinero


    Fecha: 20/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos

    ... mejor de todo es que, al estar en un hotel, jamás se propasaría por miedo al escándalo.
    
    Ya no me quedaba la menor duda de que Alicia era una mujer inteligente y calculadora. Entonces nos desnudamos, para que el hombre viera que el material merecía el precio pagado. Luego mi amiga le tomó de la mano y le llevó al cuarto de baño para que se duchara, haciéndome un gesto para que les siguiera. Yo lo hice primero y ellos juntos a continuación. Alicia regresó conmigo cinco minutos después.
    
    —El pájaro ya está listo para darnos gusto —dijo sonriendo maliciosamente—. Con la ducha le ha bajado la erección, pero se la he chupado después de secarse y le he puesto un condón. Ahora la tiene más dura que el hormigón. Pero, debes saber que tú serás la primera. Para motivarlo, yo no sirvo porque sabe de primera mano que soy una golfa, le he dicho que eres tímida y debe sorprenderte. Por esto vendrá en un par de minutos, el tiempo justo para echarme en la cama y tú, poniéndote de espaldas al aseo, arrodillada y con el culo en alto, me comas el coño.
    
    Me sentí objeto de experimentación, pero una tenía que ser la primera y acepté porque me percibía muy motivada.
    
    Alicia se tumbó con las piernas abiertas y yo en la postura sugerida, justo en el borde de la cama. Mientras le comía el coño e introducía un par de dedos en él, sin prestar atención a nada más, supe que el alemán estaba detrás de mí cuando, abriéndose camino en mi coño, me penetró lentamente. Instintivamente, dejé de lamer, alcé el rostro y miré a mi amiga, con la boca y los ojos bien abiertos, al tiempo que lanzaba un gritito de asombro.
    
    —No me digas que has podido meterte su polla en la boca —dije alucinada por el tamaño que debía tener lo que me follaba.
    
    —Caída no parece tanto, pero erecta, es de las más gruesas que he visto —afirmó Alicia, sonriendo porque mis gemidos eran auténticos.
    
    —Imagino que tendrás lubricante en el bolso —apunté con la voz quebrada—, porque no quiero imaginar cuando nos la meta por el culo.
    
    Alicia soltó un par de carcajadas, afirmando con la cabeza.
    
    —Pero tú sigue chupando —propuso alzando las piernas abiertas—, porque se hace mejor cuando te follan.
    
    Así estuvimos unos cinco minutos, hasta que Alicia indicó al hombre que saliera de mí, para que nosotras intercambiáramos posiciones. El propósito principal, aparte de que ella disfrutara también, consistía en que el otro no se entusiasmara, y nos durase el mayor tiempo posible con breves y continuas interrupciones.
    
    Entonces vi la polla morcillona y rápidamente me coloqué en la cama, igual que lo había estado ella, ansiosa por ver su rostro cuando le atravesaran el coño. Fue un espectáculo verla mover el culo, al tiempo que me daba una comida de lujo, interrumpida cada vez que ella, alzando la cabeza, le suplicaba que la follara más. El alemán, por su parte, apoyado con las manos en las nalgas de Alicia, bramaba como un toro cada vez que la penetraba una y otra vez. Entonces entendí que ella los ...
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