Demasiada suerte con mi prima - Relatos Eróticos

Demasiada suerte con mi prima

Todo comienza aquí.

Domingo 7pm, la visita pendiente con la abuela, una pequeña fiesta de un desconocido y muchas ganas de no estar allí.

Era yo un muchachito de 14 años, moreno claro, cabello corto, delgado no más de un metro con veinte centímetros. El aburrimiento de estar en medio de desconocidos y muchos niños que no pasaban de los 7 años de edad, me dejaban con las ganas de estar en casa viendo televisión cómodamente en mi cama.

Al pasar los minutos, el sueño ocasionado por el aburrimiento me dejaba rendido sentado en el sillón.

Mi abuela me notó, y me ofreció el cuarto de uno de mis tíos que no llegaría a dormir, para que ahí pasará la noche sin molestias.

Accedí al ofrecimiento y me fuí a acostar a la cama grande de mi tío, mire un reloj de pared donde marcaban ya las 10:30pm, me dejé caer en la blanda sábana que recubría la cama y me dispuse a dormir.

Pasaron algunos minutos y ya estando medio dormido sentí como se movía el colchón, abrí los ojos un poco y miré a mi tía recostando al lado mío a su hija que dormía profundamente,

– espero no te moleste que se duerma aquí contigo. Dijo mi tía

– no me molesta. Respondí adormilado.

Mi sueño era mucho así que me quedé dormido inmediata mente después de eso. Al poco rato desperté por ganas de orinar, al salir del cuarto ya nadie estaba despierto o en la casa, mire el reloj de la sala y eran las 2am.

Había personas durmiendo en los sillones y otras en el piso.

Yo después de ir al baño regresé al cuarto y antes de acostarme de nuevo mire a mi prima dormida.

Tanto era mi sueño que no me había percatado de que estaba sin camisa y con una falda de tela delgada, por debajo unos calzoncitos azules, su piel blanca resaltaba el negro de su cabello que llegaba debajo de sus hombros, su pequeño cuerpo de niña de kinder estaba muy bien esculpido.

Por alguna razón tuve una erección evidente y por morbo me atreví a subir su falda para ver de cerca su calzoncito. Mi plan era masturbarme viéndola y dormirme, pero no pude, decidí ir más allá.

Con cuidado moví la tela de su entrepierna y pude ver esa vagina chiquita sin vello y color rosa, un ligero aroma a orina era emitido por su cuerpo. Eso me dió demasiadas ideas sucias para hacerle, pero comencé con verla.

Con cuidado abrí sus piernas y con ellas los labios vaginales para ver dentro y ahí estaba una cueva pequeña que nunca había sido visitada más que por su madre al limpiarla.

Acerqué mi cara y con la lengua comencé a frotarle los labios mayores, mi mano no dejaba de frotar mi pene por la excitación, me detuve un momento y me quite los pantalones, me quedé descubierto de la cintura para abajo, me subí a la cama y puse la punta de mi pene en su boca, rozaba sus labios abriendolos hasta tocar sus dientes, con mis dedos abrí un poco su boca hasta poder meter mi pene en ella, todo haciéndolo con el mayor cuidado para no despertar la.

Cuando ya lo tenía a la mitad dentro moví mi cadera atrás y adelante con ...