Málaga y el congreso que dejamos a medias... - Relatos Eróticos

Málaga y el congreso que dejamos a medias...

... pero esta vez estábamos sobrios. Clara comenzó a besarme de forma guarrísima, nuestras lenguas jugaban sin pensar en ningún momento que la polla de otro había estado justo ahí hace unos segundos. Mientras sentía en la respiración y los gemidos de mi mujer que la polla de Marcos estaba entrando dentro de ella, comenzó a decirme al oído frases de alto contenido sexual y de manera muy soez. "Te gusta que me follen eh?", "joder que dura la tiene Marcos" o "estoy deseando que se corra dentro de mi" eran frases que me iba soltando Clara mientras me besaba y alargaba su mano para tocar mi polla y masturbarme de forma enérgica.

Yo también quería follarme a Clara. Entre frase guarra y frase guarra, le dije que se abriera de piernas para mi, que yo también quería metersela. Mi mujer cambio de postura, se tumbó boca arriba muy cómodamente y accedió a abrir sus piernas. No me lo pensé y acerque mi polla a su coño, al penetrarla pude notar como ya lo había estado trabajando otra persona, era una sensación extraña y muy erótica. Marcos, que tenía en mismo grado de calentura que teníamos nosotros, se sentó junto a Clara, parecía no creer lo que le estaba pasando, a veces se colocaba para que mi mujer se la chupara mientras yo me la follaba, otras veces, simplemente se masturbaba mientras le tocaba las tetas, tenía barra libre y no lo iba a desaprovechar.

Era tanta la excitación del momento y la cantidad de imágenes que tenía delante mia, que pasé por alto algo que estaba haciendo mi mujer y de lo que no me había percatado hasta que ya fue muy evidente. El brazo derecho de Clara tenía una posición anómala desde hacía un par de minutos, estaba debajo de su espalda mientras seguía tumbada, por un momento me retiré un poco de ella y pude ver cómo lo que estaba haciendo era meterse un dedo en el culo mientras me la follaba por el coño. El sexo anal era algo que habíamos practicado alguna vez, solo estando ella muy caliente, a pesar ello, en multitud de ocasiones me insistió que no le gustaba mucho ese rollo. Hoy íbamos a ir un poco más lejos, y si me lo permitía, estaba dispuesto a que le hicieramos una doble penetración.

Todo se me puso a huevo, Clara decidió volver a follar con Marcos, estando este tumbado solo tuvo que subirse encima y clavarse su polla para empezar a cabalgar sobre él, no perdí un segundo y esta vez era yo quien simultáneamente metía el dedo en el culo de mi esposa. Gracias a su jueguecito anterior, podía notarlo super dilatado, mi dedo entraba con muchísima facilidad mientras veía como la polla de Marcos tenía la misma facilidad para penetrar su coño. A pesar de todo esto, decidí coger un botecito de lubricante para facilitar aún más la faena, al hacerlo saqué el dedo del interior de Clara, quien inmediatamente miro hacia atrás y me pidió que siguiera con lo que estaba haciendo. Estaba guarrísima y le estaba encantando lo que le hacíamos, ya no tenía dudas de que no me pondría objeción a una doble penetración. Me impregne la polla de ...