1. Tu coño sabe a gloria bendita, hija


    Fecha: 17/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... de lo que hablaba.
    
    -Lo burros no, pero tú vas a volar.
    
    Aurora, de mala gana, se dio la vuelta. Braulio le echó las manos al vientre e hizo que se pusiera a cuatro patas, después le separó las piernas y a continuación lamió su periné y su ojete. Le dio dos palmadas en las nalgas. La lengua de Braulio entro en su ojete despacito, despacito volvió a salir, y después lamió de nuevo periné y ojete... Así estuvo hasta que Aurora se puso malita.
    
    -¡Ay que me corro, papá!
    
    -¡Ni se te ocurra!
    
    Metió el dedo medio en su culo y Aurora comenzó a gemir de nuevo. Luego se engrasaron en su coño dos dedos más que acabaron dentro del culo girando y haciendo sitio. Después pasó la palma de su mano por el coño y con ella pringada de jugos untó la polla, polla que luego jugó con su ojete haciendo círculos sobre él. El ojete se abría y se cerraba deseando ser penetrado, por eso cuando empujó el glande de la polla entró en el culo sin dificultad. Braulio azotando las nalgas de su hija con las palmas de sus grandes manos se la fue metiendo hasta el fondo. Al estar en el fondo del culo la cogió por las tetas y magreándolas se lo folló, despacito al principio y después acelerando poquito a poco. Cuando ya se lo estaba follando a mil por hora a Aurora le comenzaron a temblar las piernas. Casi sin voz, dijo:
    
    -Me voy a correr, me voy a correr, me voy a correr. ¡Vuelooo!
    
    De su coño cayeron jugos sobre la cama, y el temblor que empezara en sus piernas acabó recorriendo todo su cuerpo. Braulio descargó dentro de su culo. Se lo llenó con una corrida brutal, aunque no tan larga como la que había tenido su hija.
    
    Aún estaban recuperando fuerzas cuando sintieron cómo llamaban con los nudillos a la puerta de la casa. Luego oyeron una voz que decía:
    
    "¡Telegrama!"
    
    Aurora se vistió a toda prisa, arregló el cabello, cogió cien pesetas de la cartera para la propina y cuando volvió le dijo a su padre:
    
    -Se jodió lo que se daba, tu hijo llega esta tarde noche.
    
    -Pero se volverá a ir. ¿No?
    
    -Eso espero, vístete y vete para tu casa.
    
    Quique. 
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