1. Mi primita y yo (parte 1)


    Fecha: 15/06/2019, Categorías: Incesto Autor: tlatloani, Fuente: SexoSinTabues30

    ... corriendo y sus nalguitas paradas con la embestida que le daba, no tarde mucho en correrme en su mano.
    
    Ella se vio la mano y me dijo que, que era eso, solo le respondí que mecos y con un dedo probó un poco y se limpio la mano con agua, pero seguíamos jugando a las luchitas donde aprovechaba para tocarle sus senos o apretarle sus nalguitas, ella hacía lo mismo con mi pene, mis huevos y con mis nalgas, así duramos hasta que se nos acabo el agua y salimos, la verdad ya ni usamos toallas, la cargue y le dije que la haría sufrir y la lleve a mi cama, aventándola, ella se aferraba y me agarraba del cabello.
    
    Ya en la cama, seguíamos jugando a la lucha desnudos, ella se detuvo de pronto, así que pensé que ya me habría sobrepasado por que puso una cara de pocos amigos.
    
    – Vamos a poner reglas, el que tire al otro de la cama gana y el perdedor hace todo lo que le ordene el ganador, ¿va? – dijo poniéndose en pose de luchador, estaba que me volvía a venir, ver su vagina con escasos pelitos, sus senos chiquitos y parada sobre la cama dando brincos como boxeador en un rin.
    
    – ¡va! – le respondí, poniéndome en la misma pose con mi verga semi-erecta.
    
    Comenzamos a jugar, me pellizcaba la panza, cuando podía me mordía, a su vez yo trataba de ponerle los brazos hacia arriba y le hacia buches en su cuerpo, o le lamía sus pezones que chiquitos pero ya estaban muy duros y le hacía cosquillas para que se moviera.
    
    En un momento la tenía boca arriba, con sus piernas, abrazo las mías, quedando mi verga justo en la entrada de su vagina, al percatarme comencé a forcejear como si quisiera soltarme provocando que mi pene entrara poco a poco, ella sentía rico porque gemía y según me mordía el cuello, soltando un quejido cada que entraba la cabeza de mi pene en ella.
    
    Hizo un movimiento donde lamentablemente se me salió la verga que ya iba entrando, así que la solté y volvimos a ponernos de pie sobre la cama. ¡Ahora iría más allá! Volvimos aferranos uno contra el otro, obviamente tenía más fuerza que ella y esta vez la puse boca abajo, y yo sobre ella, te tírare sin usar mis manos, le dije. Y comencé a moverme de atrás hacia delante como queriendo llevarla hasta la orilla de la cama, fue delicioso el tener mi verga en medio de sus nalgas. Ella forcejeaba para zafarse y lo contrario a lo que pensé en vez de tratar de salir hacia delante se movía hacia atrás. En una de esas, ella se hizo hacia delante y yo hacia atrás y en el momento de ir yo hacia delante y ella hacía atrás mi verga quedo en medio de su culito y por la fuerza que ambos le hicimos se le incrusto. Lo que a mi me dolió muchísimo y ella soltó un grito que me espantó de sobremanera.
    
    – ¡Sácala! – Grito, de inmediato me moví en dirección contraria,
    
    – ¿estas bien? – le respondí.
    
    – me duele mi trasero – salto de la cama y caminaba sobándose, yo le vi su rostro donde se le salían algunas lágrimas del dolor.
    
    – lo siento mucho, no fue mi intención – le dije, acariciandome mi verga porque ...