1. Lujuria en la oficina


    Fecha: 14/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: El Escriba, Fuente: TodoRelatos

    ... sensual, suave, como si me estuviera invitando a algo más que mirar sus deliciosas formas.
    
    Me siento tan atraído por ella, por sus formas, por su sensualidad y por el aroma suave de su perfume mezclado con el olor de su propio cuerpo, que me pego a ella. Pego mi polla erecta y dura a su culo, encajándose con armonía y sencillez en el valle que los leggins dibujan entre sus nalgas.
    
    Una ráfaga de miedo me recorre. Nuria se retirará, me dirá cualquier barbaridad y se largará de allí, ofendida y molesta. Pero nada de eso sucede, pega su cuerpo más al mío, siento el calor de su propio cuerpo en mi verga, aún a pesar de que los dos estamos vestidos.
    
    No necesito más señales, sé lo suficiente, y sé lo que voy a hacer.
    
    Empujo a mi compañera contra la fotocopiadora, tan caliente como nosotros dos, escupiendo páginas por su ranura, haciendo que vuelva a ponerse de pie, y restriego con fuerza mi polla, cada vez más dura y más caliente, sobre el culo de Nuria.
    
    Una primera oleada de placer indescriptible se apodera de mi. Ya no puedo pensar en nada, me comporto como una máquina, como un ser diseñado para dar y recibir placer.
    
    Agarro con mis dos manos los leggins de Nuria, y tiro de ellos con fuerza, hasta dejarlos a la altura de las rodillas. El tanga, el minúsculo tanga negro queda aún en su sitio, pero no va a impedir que suceda lo que tiene que suceder.
    
    Inmediatamente, desabrocho y me deshago de mi pantalón y de mi bóxer. Ambos caen juntos al suelo, dónde me deshago de ellos con los pies, sin que Nuria haya dejado ni un solo instante de contonear su cuerpo, de mover su culito, de ofrecerme sus orificios.
    
    Retiro con una de mis manos la fina tira del tanga de sus dos orificios: su culito y su coño. Lo tiene empapado, caliente y palpitante. Dirijo mi polla, cada vez más dura, más gorda y más larga, a la entrada de su coño. La dejo allí unos instantes, quiero sentir su humedad en mi capullo, y quiero que sienta mi capullo ardiendo en su coño húmedo.
    
    A continuación, y sujetando a mi compañera por las caderas, deslizo mi polla dentro de su coño, empalándola por completo, hundiéndome en sus entrañas hasta el fondo, en una sola embestida, sin imprimir demasiada fuerza, pero sin dejar de hacerlo, provocando un primer gemido de placer.
    
    Su coño arde, me quema la verga. Mi polla lo agradece sintiendo la necesidad ansiosa de follar aquella maravilla de coño.
    
    Comienzo a moverme dentro de ella. Sacando y metiendo la polla casi por completo, repitiendo la penetración una y otra vez, en todo su recorrido, mientras mis manos se aferra, una a las tetas, y la otra a su pelo, tirando de ella contra mi, para facilitar la penetración.
    
    - Fóllame, cabrón –me dice
    
    - Es lo que voy a hacer. Voy a follarte de una puta vez –le respondo.
    
    Incremento el ritmo, lo hago más rápido, más intenso, más contundente. A la vez que logro hacerle girar la cara para besar con rabia sus labios. Son más dulces de lo que jamás imaginé.
    
    Mientras follo sin parar ...