1. Día 1 de humillación en el hotel


    Fecha: 12/10/2021, Categorías: Fetichismo Autor: SphEnSpanish, Fuente: CuentoRelatos

    ... guardias. La guardia era bastante alta y fornida. Su piel era morena y su cabello negro tomado en unas trenzas. Debía tener unos 32 años. Cuando entraron a la habitación ya había podido cubrir mi encogido y avergonzado pene, pese a que esto no restaba lo vergonzoso y humillante de estar desnudo frente a todas estás mujeres. Sorprendidas, pero no tanto, ya que sabían que yo estaba aquí, preguntaron si todo estaba bien. Una de las chicas respondió que sí, que solo se pillaron con una pequeñita sorpresa. A lo que la guía respondió que estaba bien, pero que no era para tanto.
    
    Dicho eso sentí un familiar par de manos sujetarme de las muñecas y quitarlas hacia los lados. Una vez mi pene volvió a quedar expuesto frente a todas, mi novia pregunto si ella no hubiera reaccionado igual después de ver algo tan inusual. En menos de un segundo la guía y la guardia acercaron un poco su cara y entrecerraron los ojos para ver mejor. Al lograr divisar mejor mi minúsculo pene ambas pusieron una cara de gran sorpresa, seguida de unas carcajadas que estallaron al unísono junto a las 5 chicas que ahí estaban. Todas riendo y mirándose entre sí. Un par de ellas se susurraba algo al oído y estallaban nuevamente en carcajadas. Entre todo ese jolgorio mi novia me abraza por la espalda con un brazo y sujeta mi pene con el otro usando solo 2 dedos. Con una voz alegre, pero no jocosa ni burlesca dice alto- Y este pitulín es todo mio- pese a que su mensaje se perdió entre todas las risas y el ruido. Acto seguido me beso y me dio una ultima nalgada.
    
    El jolgorio se apago lentamente hasta convertirse en susurros bajos y pequeñas risitas. Yo ya me había vestido, mientras mi novia me consolaba. Yo estaba más tranquilo y la situación, aunque vergonzosa, había pasado a segundo plano después de lo ultimo que oí. “Y este pitulín es todo mio”. Estaba a punto de ir hasta nuestra habitación cuando noté que mi pantalón y mis boxers me quedaban enormes. Mi novia me dijo que fuera a la recepción a preguntar que había pasado y si me podían dar un par más ajustado. Cuando estaba cruzando el umbral mis pantalones casi se caen, pero alcancé a sujetarlos y solo se logró ver un poco de mi trasero. El grupo aún no se vestía. Estaban esperando a que me fuera seguramente, pero debían querer ver como me vestía. No te preocupes, ya todas te vimos, dijo una de ellas. Al fondo mi novia gritó. Se le caen los pantalones, porque no tiene con qué rellenarlos.
    
    No esperé y fui caminando rápidamente a la recepción. Al fondo se volvían a cuchar las risas y tenía claro que ninguna de las 6 se guardaría ninguna opinión. Una vez me encontré con la recepcionista le expliqué mi problema. Ella me aseguró que se debía a que no estaban muy seguras de mi talla al ser hombre y que al llegar a mi habitación encontraría un par más ajustado. En eso llegó la guía y cuando me vio, sonrió levemente. Cómo si quisiera reír, pero no quisiera avergonzarme. Preguntó si todo estaba bien y la recepcionista le explicó. La guía ...
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