Tita Carmen
Fecha: 12/06/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos
... que sentí cómo mil pinchazos de agujas que al aflorar desaparecían. Ese dolor y la falta del mismo me pusieron perra perdida.
-No pares, no pares, aprieta con más fuerza.
Fue decir que apretara con más fuerza y David se me echó sobre la teta, buscando el pezón para sorberlo, hundiendo los dedos de sus manos en mis tetas para sacarlo, meterlo en su boca y mamar el pezón. Intentaba sacar leche apretando sus manos a los lados del pezón mientras su boca no dejaba de sorber, estirándolo dentro.
Me sentía un poco sucia porque la humedad de mi vulva en la braga del bikini y su hinchazón delataban mi excitación. Aparté a David de la teta y le dije a Juan.
-¿No querías ser el siguiente, Juan?
-Sí, sí -dijo con los ojos fijos en mis tetas.
Llegó a mi lado con un tremendo bulto en el bañador y con un lamparón de humedad hecho por sus flujos pre seminales. Me echó las manos a las tetas, y magreándolas, me besó las comisuras de los labios, el labio inferior, el superior, los dos labios, pasó la lengua entre mis labios y después me metió la lengua en la boca. Se la chupé, le di mi lengua a chupar y ya se descubrió. Con su lengua y sus labios envolvió mi lengua y me dio un delicioso beso. Mi sobrino sabía besar tan bien cómo yo.
-Me has engañado, ya sabías besar a una mujer.
Afortunadamente no era tonto.
-Y tú nos has traído para follar, de lo contrario no nos enseñarás las tetas.
Me echó hacia atrás, me estiró los brazos, y le dijo a sus primos:
-Sujetadla por las muñecas, chavales.
Luis y Lucas me cogieron por las muñecas. Me gustaba que quisieran abusar de mí, pero me revolví y patalee, para excitarlos aún más de lo que ya estaban. Forcejeando, les dije:
-Dejadme, condenados.
David le preguntó a Juan:
-¿Y yo qué hago, Juan?
-De momento, mirar.
Juan lamió mi cuello y mis orejas.
Deseando que no parase, le dije:
-Para, sinvergüenza.
Juan ya se había convertido en el macho alfa.
-Calla y goza, tita.
Quiso besarme en la boca y no le deje. Besó mis ojos, la punta de mi nariz, mi mentón, las comisuras de mis labios y lamió mis axilas. Luego bajó a las tetas, las cogió por debajo con las dos manos, las juntó y besó, lamió y chupó los pezones, después besó, lamió y chupó las tetas por las areolas. Poco más tarde le dijo a los que me estaban sujetando las muñecas:
-Seguid vosotros que yo me voy a hartar de coño.
Me llevé un alegrón, pero le dije:
-¿No te atreverás?
-No digas tonterías, tita. Estás deseando que te coma el coño.
Ahora la que me descubrí fui yo.
-Seguro que no sabes cómo hacerlo.
Me quitó la parte de abajo del bikini, me abrió las piernas, me las flexionó y su lengua lamió de abajo a arriba mi coño encharcado mientras Luis y Lucas, se daban un festín con mis tetas. David volvió a preguntar:
-¿Y yo qué hago?
Sonó mi teléfono móvil, que estaba encima de la mesita. Juan le respondió a su primo:
-Coge el teléfono, ponle el altavoz y colócaselo en la oreja a la ...