1. Tita Carmen


    Fecha: 12/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    Mi nombre es Carmen, tengo 26 años, soy delgada, de estatura mediana, mis ojos son de color miel, mi cabello, que llevo en una media melena, es castaño oscuro, casi negro, mi cintura es fina y mis caderas generosas, mis tetas son grandes y tienen areolas rosadas y pequeños pezones, mi culo es redondito y prieto y dicen que soy linda. Os voy a contar una historia personal que espero que os guste.
    
    Todo empezó una tarde que estaba al lado de mi piscina tumbada en una hamaca con un bikini rosa puesto y una pamela a juego. Llegaron los cuatro sobrinos de mis cuatro hermanos. El menor se llamaba David, el mayor se llamaba Juan y los otros dos se llamaban Luis y Lucas . Nada más llegar se pusieron en bañador y se fueron a la piscina a jugar con una pelota. Al rato, Juan, me dijo:
    
    -Ven a jugar con nosotros, tita.
    
    Ni corta, ni perezosa, me metí con ellos en la piscina por la parte que no cubría. Los muchachos, con el pretexto de quitarme la pelota, se iban a hinchar, a sobarme... Tenía yo la pelota cuando David se me colgó en el cuello para hundir mi cabeza en el agua. Entre risas, Luis, detrás de mí, me echó las manos a las tetas para ayudarle a hundirme, y luego sentí dos manos que tiraban de la braga de mi bikini hacia abajo. Riendo solté la pelota para subir la braga del bikini. Me hundieron porque eran los cuatro contra mí... Seguimos jugando. Las risas no cesaban mientras pasaban la pelota por encima de mi cabeza para que no pudiera atraparla. Yo saltaba y veía cómo los los mayores miraban cómo botaban mis tetas. Empecé a excitarme. Al rato, Lucas, me echó la pelota a las manos. La cogí. Cómo cuatro pulpos se abalanzaron sobre mí. David se me volvió a colgar en el cuello. Luis me volvió a agarrar las tetas y esta vez me las magreó tímidamente. Me incliné y sentí su polla tiesa queriendo romper la braga del bikini. Lucas me cogía por la cintura y frotaba su polla contra mi cadera, Juan, el mayor, me metió una mano en el coño y lo palpó unos segundos. Yo me sentía sucia, pero me gustaba sentirme así. Seguí riendo y poniéndolos cachondos, ya que cuanto más cachondos los ponía, más cachonda me ponía yo. Otra vez que me hice con la pelota, Lucas, detrás de mí, me magreó las tetas y me frotó la polla en el culo. Juan me echó las manos a las caderas y me frotó la polla en el coño. Me vino a la cabeza la idea de una doble penetración y me puse malita. Los pezones de mis tetas estaban erectos y se marcaban en el sujetador del bikini. Tuve la sensación de que se clavaban en el pecho de mi sobrino. Juan quiso besarme. Supe que era el momento de dejarlo. Me separé de ellos e hice unos largos para que los pezones se me relajaran. Iba nadando cuando llegó a mi lado Juan, y me dijo:
    
    -Tita, tita. ¿Nos enseñas a besar?
    
    Me detuve y le dije:
    
    -Vosotros ya sabéis besar.
    
    -Ninguno de nosotros sabe besar, ni tampoco sabe lo que le gusta a las mujeres. ¿Qué te cuesta?
    
    -Me costaría mi buena reputación.
    
    Se puso meloso.
    
    -Anda, sé buena.
    
    Sabía ...
«1234...9»