1. Me cogí a las amigas de mi madre (parte 4)


    Fecha: 11/06/2019, Categorías: Incesto Autor: belicoso, Fuente: CuentoRelatos

    Marta desde esa mañana que se enteró que el hijo que llevaba en su vientre era mío, no dejó de visitarme y acosarme, quería pija a cada rato, quería caminar conmigo de la mano por la calle, me buscaba en la universidad y de pronto pase a ser el chico más envidado de toda la facultad.
    
    Estaba cogiéndome a una milf que era una verdadera diosa, además Marta se vestía provocativamente, usaba minifaldas cortitas que casi mostraban sus pequeñas trusas de color negro o rojas, con madias largas de red y porta ligueros que se le veían de lejos, vestía pequeños top que apenas cubrían sus dos formidables tetas y sus pezones siempre estaban parados, además por el embarazo sus tetas había crecido más y estaban turgentes bien paradas y se movían solas al caminar, la cabellera le llegaba hasta su cintura y venia siempre bien maquilada, con sus labios rojos húmedos, y una andar de loba única.
    
    Me daba un profundo beso asegurándose que se veía como sacaba su lengua antes de comerme la boca y sin disimular me tocaba con su mano el pene, luego les decía a mis amigos,
    
    -Chicos les robo por unas horas a mi novio ya se los regreso
    
    Y caminaba moviendo el culo provocativamente, dejando a todas las pijas paradas y a mis amigas celosas por su figura.
    
    Varias veces se paseó a propósito frente de su esposo, y me comió la boca de un beso refregándose las tetas en mi pecho y poniendo mis manos en su culo, asegurándose que la viera, estaba enojada o tal vez seguía enamorada de su ex esposo, y hacia esos gestos solo para herirlo más.
    
    Todos los días me llevaba a su departamento cuando sus hijos estaban en el colegio, le decía a su mucama que diera un paseo y que regresara dos horas después y esa loba preñada, se montaba en mi pija, me ordeñaba sin pasión, me vestía de besos, y caricias, para explotar en sonoros y húmedos orgasmos, luego me solicitaba que le llenara el útero de leche, cosa que hacía con mucho placer, para luego darse vuelta y en posición perrito me pedía que le culeara.
    
    -Por favor nene, culeame.
    
    Y yo que sin decir nada ni mucho menos negarme le partía el culito de una, arrancándole gemidos y orgasmos seguidos.
    
    Estaba obsesionada con mi pija y eso llevó a despertar los celos de mi madre, quien en mi casa ya no nos tratábamos como madre e hijo, sino como marido y mujer. Ella seguía manteniéndome solo con la promesa de que yo terminara mi carrera de médico, carrera en la que estaba muy adelantado ya que con solo 20 años cursaba el tercer año de la carrera y con muy buenas notas, pero Marta me traía seco, ella se encargaba de quitarme hasta la última gota de esperma con su boca su culito y su concha, pero mamá también reclamaba su porción de pija y cada noche ella al llegar se desvestía y andaba desnuda en la casa, sus hermosos ojos verdes me miraban con deseo y sus pequeñas y bien paradas tetitas con su pequeño triangulo de pelos y esa conchita chiquitita y rosada, apretada hacía de mi pija las delicias de mi vida, la penetraba de parada. Me ...
«123»