Yo de 9 años y mi otra vecinita de 4 años Parte 2 - Relatos Eróticos

Yo de 9 años y mi otra vecinita de 4 años Parte 2

... mis dos manos debajo de mi cabeza mientras veía a esa bebe gozar con sus propios movimientos de mi pene insertado en su vagina. Creyeron que le llame ninfómana porque quiso hacerlo de nuevo, pues no, le llame ninfómana porque ya llevábamos como media hora y ella seguía en el sube y baja, insertada por su vagina, con sus ojos cerraditos con el rostro hacia arriba. La detuve y volví a inclinarla sobre mí, le agarre las caderas, le levante un poco el culo y comencé yo a hacer el movimiento del mete y saca, pero con una fuerza tal que ve vine como 5 minutos después. Ella no volvió a venirse ese día. Luego se la saque y me dije que me chupara el pene para que estuviera limpio y lo hizo. De allí nos fuimos a bañar porque ya iba a ser hora de almuerzo. Y seguro la iban a llamar. Esta vez sí se dejó vestir y cuando le abrí la puerta y le dije chao, me pregunto si podía mamármelo por última vez y que yo se la mamara. Eso me volvió a prender, pero ya estaban por llamarla. Así que cerré la puerta, me saque el pene y la puse a mamar unos 3 minutos y luego la acosté en la cama boca arriba y se lo mame como por tres minutos también, pero con fuerza para que se fuera satisfecha y le dije ya vete que después nos descubren. Y al fin se fue.

De una voy al cuarto de mi hermano y estaba viendo tele. Le dije: No le debes decir nada a nadie de lo que viste. Y me dijo: Tranquilo, yo comprendo que cada quien tiene su gusto, a ti te gustan las niñas pequeñas y mi me gustan los chicos. Y quedé sorprendido con lo que dijo y le dije: En serio? WAO, que sorpresa. Pero en realidad no solo me gustan las niñas pequeñas, me gustan de todo tamaño, hasta más grandes que yo. Y el responde: Bueno igual tu no le dices a nadie si me ves en algo y yo no le diré a nadie de que te coges bebes. Y yo le respondí: Trato hecho. Sin embargo, yo en mis pensamientos sentía que esa Daniela me había cogido a mí en lugar de yo a ella.

La verdad me dejo preocupado que esa niña fuera tan intensa e insaciable con el sexo. Porque podría ser que me metiera en problemas. Pero bueno, fui a ver a mi hermana que por suerte nunca salió de su cuarto y estaba dormida. Qué raro, debió ser que se desveló. La desperté porque ya era hora de almorzar. Media hora después del almuerzo llegaron Maria y Sofia. Y querían turnarse para distraer a mi hermana, mientras yo me cogía a la otra, pero Daniela me había sacado el jugo. Como iba a hacer? Que bendición más desdichada. Les cuento en la próxima historia.