1. Mi jefe me inició


    Fecha: 09/06/2019, Categorías: Gays Autor: pedrogece68, Fuente: CuentoRelatos

    ... zorra maricona y ahora vas a ser mi puta perra, verdad.
    
    – Lo que usted quiera Don Antonio.
    
    – Quiero que lo digas. Vamos di que eres mi puta perra.
    
    – Si, soy su puta perra.
    
    – Espera ahí quieto.
    
    Salió de la oficina, y al poco volvió con una lima y la crema que usamos para las manos. Empezó a echar crema en el mango de la lima.
    
    – Sepárate las nalgas. Las perras tienen cola y te voy a poner la cola de perra que te falta.
    
    Aunque tenía miedo, estaba excitadísimo y obedecí separándome los glúteos con las dos manos. Antonio intento varias veces meter el mango de madera de la lima en mi culo, hasta que a la tercera o cuarta vez logro meterlo. El dolor fue insoportable, no había sentido nada así en mi vida.
    
    – Ya lo tienes dentro, no grites tanto que seguro que por ahí han salido cosas más grandes. Ahora sí que eres una perra. Aprieta bien el culo, por que como se te salga te juro que te meto otra más grande. Vamos a ver como menea la cola mi perrita.
    
    Comenzó a mover la lima haciendo círculos. Yo le imploraba que la sacara, pero el seguía moviendo la lima dentro de mi culo. De pronto agarro el cinturón que tenía al cuello y dio un tirón.
    
    – Ponte a cuatro patas para que vea cómo te mueves perra.
    
    Yo obedecí con dolor apretando el culo para evitar que se me saliera la lima. Me paseo por la oficina tirando del cinturón.
    
    – Una buena perra tiene que saber lamer. Vamos a ver como lame mi perrita.
    
    Se quito los pantalones y los calzoncillos y me abofeteo con el pene. Era algo más largo que el mío, me imagino que le mediría unos 18 cm, pero desde luego era bastante más grueso, lleno de venas.
    
    – Venga empieza a lamer si no quieres que vuelva a darte correazos.
    
    Yo me lo metí en la boca, era un sabor desagradable. Intentaba hacerlo lo mejor posible, cuando me agarro la cabeza y apretó hasta que me dieron arcadas, luego me soltó y dejo que llevara yo el ritmo.
    
    – Va a resultar que mi perrita sabe chupar. Para que no me quiero correr todavía. Bueno te voy a hacer algo que no le hecho ni a mi mujer, va siendo hora de que te dé por ese culo de zorra que tienes.
    
    – No por favor Don Antonio, eso no. Le juro que no soy marica.
    
    No me dio tiempo a decir nada más, porque me soltó un bofetón.
    
    – Te pone que te zurre, tienes una lima en el culo y me la has mamado como Dios. Muchacho, tú eres una puta perra maricona que tarde o temprano se la van a follar, así que asúmelo y obedece. Para que te rompa el culo algún gilipollas, te lo voy a reventar yo.
    
    Tiro de la correa y me coloco contra la mesa. Me saco la lima, el dolor fue casi como cuando me lo metió, pero me alivio. Pronto note como intentaba meter su pene, pero yo me cerraba y no podía meterlo. Lo que le enfado aún más. Me agarro del pelo y me tumbo sobre el reposabrazos de un sillón. En esa posición mi culo estaba más ofrecido y no le costó mucho meter la cabeza, de lo que me lo había dilatado con la lima.
    
    – No, por favor, despacio por favor Don Antonio, me duele ...