1. Isa, la doctora tímida 1 - La sala de descanso


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: No Consentido Autor: Soy Soja, Fuente: TodoRelatos

    Isabel se enfrentaba a su primero año del MIR como R1 llena de una mezcla de entusiasmo y miedo. Había oído de sus compañeras de carrera que la residencia era un periodo duro, agotador y que durante el primer año te trataban casi como un esclavo, algo que en una chica acostumbrada a vivir bien y sin que tener que hacer apenas nada en casa, le resultaba terrible. No nos engañemos, era una chica de carácter tímido, no alzaba apenas la voz y muchas veces por no molestar no decía nada, en su grupo de amistades se dejaba llevar por los demás y no participaba de las decisiones, simplemente se había criado acompañada de servicio que limpiaba y cocinaba, sin tener que ella marcharse las manos.
    
    Físicamente no destacaba, era una chica de cara inocente, cuerpo menudo y discreto. Bastante bajita, pelo negro y morena de piel. Pecho pequeño y casi plano y un culo pequeño y redondo. En lo sexual siempre había sido muy inocente, perdió la virginidad a los 21 con un chico con el que llevaba dos años saliendo y sus relaciones consistían en penetración y besos, bastante torpes y poco apasionadas que le dejaban una sensación de frustración que asoció a falta de disfrute y por ello siempre rehuía del sexo, lo que había acabado convirtiendo su relación en una rutina aburrida y carente de interés.
    
    Tras un MIR decepcionante, había conseguido que la mandaran a un hospital de tamaño medio, su tutora era una señora cerca de los sesenta a la que le importaba poquito más allá de ver a sus pacientes diarios y ya sabía que iba a pasar más tiempo con Germán, el R3 de su tutora. Germán no agradaba a Isabel, era demasiado intenso, cercano. Le molestó como se presentó con dos besos, apoyando su mano sobre el costado de la joven médica. Tras la presentación procedió a enseñarle el hospital y explicarle sus funciones en el hospital, la mañana prosiguió con Isabel haciendo toda clase de tareas que Germán no quería hacer por sí mismo, haciendo a veces hasta de recadera, lo cual la sulfuraba terriblemente.
    
    Los días se sucedieron hasta que llegó la primera guardia para Isabel, se llevó su pijama, se puso la ropa más cómoda posible. Al poco de llegar, mientras tomaba el primero de los cafés junto a Tamara, otra de las residentes, esta le contaba que las guardias solían ser tranquilas, salvando la época de ferias y verbenas, lo normal eran dos o tres borrachos, algún pequeño accidente y niños resfriados ocasionales. Pasaron un rato charlando, e incluso se acompañaron mutuamente a la hora de hacer la ronda por una de las plantas. Hasta llegar a una de las salas de personal.
    
    -Esta es la sala de descanso de la planta dos, no es la mejor para descansar- dijo con picardía- hay demasiada fiesta dentro…
    
    Isabel no entendía la referencia de su compañera, su carácter inocente no era capaz de procesar que pudiera haber alguna referencia, pero anotó mentalmente que esa sala podría ser un poco ruidosa y se decidió que cuando tuviera el descanso y pudiera echar una cabezada buscaría otro ...
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