1. Descubriendo un Mundo Nuevo 3


    Fecha: 07/06/2019, Categorías: Incesto Autor: maeztred, Fuente: RelatosEróticos

    ... ellas en unos besos cada vez más húmedos y calientes, más cercanos a lo sexual que a una demostración de amor o cariño, con lo que nuestras respiraciones se estaban alterando cada vez más, se aceleraban descontroladamente y nuestros cuerpos comenzaron a acompañarlas con movimientos involuntarios. Notaba los pechos de Amaya clavados en mi pecho, su vientre suave aprisionando mi rabo, y la suavidad de su cuerpo y su calor, con lo que llegué a pensar que iba a estallar y me correría de un momento a otro, por lo que creí prudente avisar a mi prima
    
    - Amaya, creo que no puedo más, si sigo así me voy a correr, estoy muy cachondo
    
    Se separó de mí, se incorporó y poniéndose a horcajadas se sentó sobre mí de manera que su vagina estaba sobre mi verga, tan solo separados por mi pantalón corto y sus finísimas braguitas, le ardía y casi notaba su humedad. Con una mirada de lujuria en los ojos y pasando la punta de su lengua por la comisura de sus labios me miró durante un momento, luego se acercó a mi, me lamió con la punta de su lengua húmeda por el lóbulo de mi oreja izquierda y me susurró excitada
    
    - Pobrecito Vicente, esto lo vamos a tener que solucionar
    
    Sentí un escalofrío que me recorrió toda la espina dorsal. Era la primera vez en mi vida que mi prima me llamaba por mi nombre completo. Solamente mis padres, cuando se cabreaban conmigo me llamaban así, o mis profesores. Se volvió a incorporar, tiró de mi pantalón de deporte hacia abajo y se movió para poder sacármelo del todo por los pies, se quitó el top sin dejar de mirarme, después las braguitas con un ágil movimiento, y nos quedamos los dos completamente desnudos; ahora si notaba sus labios sobre mi polla, que ya no podía estar más dura, ella estaba muy mojada, estaba ardiendo también. Cogió mis manos y las llevó a sus pechos; eran suaves, más grandes de lo que me habían parecido inicialmente, tal vez porque estaban duros, firmes, tenían un tacto fantástico y sus pezones duros como piedras los hacían parecer más delgados. Agarré con suavidad aquellos pechos y ella gimió, los amasé con deseo, y comenzó a mover lentamente sus caderas. Luego me concentré en los botones que formaban sus pezones y los comencé a pellizcar. Amaya aceleró el ritmo de sus caderas y su respiración se escuchaba muy alterada. Se dejó caer un poco más hacia delante y se agarró de mis caderas, para después adelantar ligeramente su pelvis hacia mí, de manera que podía hacer más fuerza sobre mi miembro. Ahora sus labios se abrían acariciando mi polla que quedaba aprisionada bajo ella. Amaya comenzó un movimiento de adelante hacia atrás presionando sobre mi rabo, empapándolo de toda la humedad que brotaba de su interior producto de la excitación, movía sus caderas con una cadencia exquisita. Me aferré a su magnífico culo por primera vez, un culo redondo, respingón, rotundo, duro y presioné sobre él
    
    - Si…primo…si, apriétalo, tócalo, es tuyo….si…
    
    Amaya ahora ya se frotaba sin miramientos sobre mí, de manera que ...