1. MI HERMANA, SUS HIJITAS… segunda crónica.


    Fecha: 21/08/2021, Categorías: Dominación / BDSM Fetichismo Incesto Autor: zoorromexico, Fuente: SexoSinTabues30

    (Saludos chein13, suaveprofundo, morfeo3x18, camy y a elfarsante89)
    
    Dado el fuerte ardor sexual que el incesto infantil me despierta y considerando que Esperanza me debe casi la vida, quise hacerle saber que sus niñas eran mis amantes y que sus orificios infantiles ya habían sido mancillados por su mí; tal vez su reacción sería muy agresiva y peligrosa pero la subsistencia de su familia estaba en mis manos. Algo tenía que hacer para seguir comiéndome a esas tres hembras.
    
    Al salir Esperanza de la clínica de desintoxicación quise hacerle un “regalo especial” y, a manera de bienvenida le preparé una fiesta, de la saldrían las tres un tanto intoxicadas y con las vaginas reventadas. El desorden moral puede hacerse cada día más cabrón y enfermizo siempre que se trabaje en ello.
    
    En el jardín interior de la casa, había dispuesto un pabellón armado con tela vinílica un tanto obscura que para en anochecer no dejaría entrar nada de luz, su interior solo sería iluminado por las llamas de tres pequeñas antorchas artificiales. La reunión inició en la tarde en cuanto ella llegó a casa, Sharon y Romina abrazaron a su Madre y ella percibió un cierto olor a sexo en sus niñitas. Por la mañana ambas infantas habían “rezado” con mucho fervor para que la mamita saliera finalmente del encierro.
    
    Ese día, a Sharon la pasé a mi cama a las siete de la mañana y de inmediato le unté lubricante en su conchita y, sentado en la orilla de la cama, me la senté de frente en las piernas y con mi verga hacia su rajita, mi pene sintió aquella cosita y poco a poco se fue hundiendo en esas delicadas carnes, Sharon se arqueó hacia atrás permitiendo que mi mazacuata alcanzara el canal de su cérvix, mi dedo índice derecho se lo clavé en el fundillo para que apretara más su vaginita. Metiendo y sacando el dedo y el pene de manera simultánea, ambos entraban y salían al mismo tiempo, generando en mí una especie de embrujo y en ella una avaricia desmedida por el sexo que yo le daba. Saqué el dedo de su culo y con ambas manos le agarré las nalgas para apretujarla hacia mi pene y poder aventarle toda mi lecha en su pepa seductora. Con la verga hasta adentro y la niña arqueada, pude ver el escurrimiento de nuestros fluidos saliendo de ese hermoso panalito, y de inmediato me bajé al rio, eso es el néctar de los dioses.
    
    Dos horas más tarde, llamé a Romina al comedor, pues dada su pequeña estatura, al sentarla en la mesa y yo en una silla, su pequeñísima panocha quedaba en el mejor lugar para que mi boca lamiera sus labios vaginales y mi lengua le raspara el sabrosísimo clítoris. Después de mamarla por un largo rato, la chiquita me pidió le metiera la verga, quería sentir ese femenino y deleitante dolor de sentirse penetrada y sometida por un hombre; ya era una perra. Mi pene estaba lleno de sangre y su grosor estaba al máximo, los güevos me dolían por el excesivo control de mi eyaculación. La bajé de la mesa y la llevé a un silloncito de la sala, la recargué y yo hincado le metí la ...
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