El Incubo del Internado 3 - Relatos Eróticos

El Incubo del Internado 3

... parecía ser muy suave, como usa calcetas cortas lucia mucho sus torneadas piernas, pero ahora estaba con las tetas al aire libre, unas bastante grandes de pezones café claro, moviéndose en un lento vaivén, creo que eran de las que se iban a graduar el siguiente año, una lástima, así que debía verla mejor, su falda estaba enrollada en la estrecha cintura y la panti en uno de sus tobillos colgaba, encima de ella un maestro encajando su herramienta de forma desesperada, le daba con fuerza aunque el tipo estaba flaco, pero con cada embestida las tetas le temblaban de forma hipnótica, ella se aferraba al mueble, mientras este seguía envistiéndola desesperado, bufando de forma casi como un animal, mientras se aferraba a sus piernas para no perderla, como si de perderla se fuera a alejar de él para siempre, la chica gemía muy bajo, como si no quisiera ser descubierta pero el tipo no dejaba de hablar.

Bien niña, esta será el último año así que debo enseñarte muchas cosas, aprende bien las lecciones de la polla – decía el tipo de manera pervertida mientras su cara se enrojecía por el esfuerzo realizado.

Parece que estaban acabando porque sus embestidas se hacían mar rápidas, la carne de la vulva se agitaba, la nena no dejaba de sentirse atrapada, en su momento amasó las tetas con su mano, de forma casi patética, como si nunca hubiera tocado un buen par de pechos, pero de repente las estrujó como si estuviera a punto de correrse, sin embargo sacó su herramienta llenándole las bubis con su leche, dando una escena por demás deliciosa, por si fuera poco con su mano le fue embarrando la corrida hasta meterle un poco a la boca, logrando que esta se viera como una gatita deseosa de su leche, manteniendo ese juego por unos momentos, después el hombre se retiró cansado y bastante ido en sus pensamientos mientras la alumna parecía estar en trance y se quedaba en ese estado, así en donde estaba, yo no sabía qué hacer, estuve a punto de retirarme cuando mi primo me dijo:

Perate idiota, que no vez que el show no acaba – dijo Pit con una voz cargada de perversión.

Me enoje por lo que dijo, pero en vez de pelearme volví a mi lugar, grande fue mi sorpresa al ver como esas tetas se empezaron a mover como si fueran jaladas de una forma casi violenta, pero también con un erotismo diferente, se agitaban como si algo las lamiera, al tiempo que sus piernas eran alzadas como si fuera preparada para algo mejor, fueron levantadas, dejando un poco arriba el culito, ella se sorprendió sólo un momento pero se quedó quieta, gracias a mi posición pude notar como un “dedo invisible” le sobaba la intimidad de la chica hasta que se prendió del clítoris, el cual manipuló algo brusco, solo se escuchaban los sonidos de gemidos contenidos por la chica, quien parecía más excitada que con el maestro, de hecho se tapaba los labios para no hacer más escándalo, de hecho ahí me di cuenta que se corrió una primera vez, ahogando un gemido terriblemente caliente, pero los movimientos no ...