1. La tía Bety enseña al machito de su sobrino


    Fecha: 06/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rosameler, Fuente: CuentoRelatos

    ... círculos, mostrando su vigor y dureza. Ni siquiera el agua fría lograba encoger su pene, y Bety acercaba las nalgas de vez en cuando haciendo como que era sin querer o no lo había visto. Ella siempre salía meneando sus caderas con glamour ante la mirada de su sobrino quien sin vergüenza alguna, se la cascaba hasta acabar cubriendo el agua de la piscina.
    
    Un buen día, Bety llamó a su sobrino a la habitación. Tenía una sorpresa reservada, iba enfundada en cuero rojo que daba una imagen de mujer sexy y poderosa. Enseguida se quitó la ropa y con su verga bien dura, se acercó hasta ella. La mujer le puso unas esposas, y luego, le hizo sentarse en el suelo antes de poner su pie en sus huevos. Pisando suavemente, pero de manera firme.
    
    -¿Qué significa esto tía? -preguntó asustado pero más duro que nunca.
    
    -Cambio de roles -dijo ella sonriente- hora del castigo.
    
    -Yo... yo no quiero ser castigado -dijo sonrojado.
    
    -Oh... si que lo deseas... o por lo menos... eso dice tu cuerpo -ambos miraron el pene, parecía a punto de reventar. La glande estaba morada.
    
    Lo levantó y se puso detrás de ella. Estaba emocionada. Él respiraba agitado, su corazón iba como loco y no comprendía el porqué, pero aquello le excitaba mucho. Entonces sintió algo en su culo, algo le rozaba. Al girarse, vio a su tía Bety con un strap-on bien grande y gordo.
    
    -Mira esta polla -la acarició mientras con la otra mano ponía vaselina- va a gustarte y mucho.
    
    -No... por favor... eso no entrará... es demasiado grande -dijo dejando escapar una voz de niño asustado.
    
    -Si entrará -la acercó hasta su orificio y poco a poco fue introduciéndola.
    
    Su culo, en lugar de comprimirse para evitarlo, se abrió e incluso se relajó. Ella notando eso, le metió un par de dedos. Para su sorpresa, estaba más que lubricado y listo para recibir su pene de plástico, mucho mejor que aquel trozo de carne que colgaba de la entrepierna de su sobrino.
    
    -Espera... espera... espe... ohhhh -gritó de placer el joven mientras entraba toda aquella polla en su ano.
    
    Bety se divertía viendo como su polla se movía hacia arriba y hacia abajo como un muelle al igual que sus pelotas que se balanceaban de manera graciosa. William dejaba escapar gemidos, no entendía como le gustaba aquello. Siempre había sido el macho, pero ahora estaba siendo dominado.
    
    -¿Y esto? -preguntó con un dedo en su glande que goteaba.
    
    Él, se giró avergonzado.
    
    -Mucha polla pero lo que realmente lo que quieres es ser empotrado -dijo aumentando el ritmo.
    
    -¡No, eso no es verdad! -replicó molesto.
    
    -¿Ah, no? -le agarró las pelotas y apretó provocando un grito por parte de este-si lo niegas te colgaré de aquí para golpearlas con un bate. Como si fuera una piñata.
    
    -¡Me gusta, me gusta ser empotrado! -dijo llorando.
    
    -Eso eso... buen chico -le agarró del pelo y lo jaló hacía atrás.
    
    Bety se bajó el cierre de la cremallera para dejar sus duros pezones al aire y ponerlos en la espalda del chico.
    
    -¿Notas eso? -él asintió- ...
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