1. La tía Bety enseña al machito de su sobrino


    Fecha: 06/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rosameler, Fuente: CuentoRelatos

    William fue a pasar lo que restaba del verano con su tía Bety. Ella era una mujer muy hermosa, cabello largo y castaño, cuerpo de infarto para su edad, unas grandes tetas bien prietas y unas caderas que volvían locos a los hombres.
    
    Además de eso, era muy guapa de cara, sumado al verla en bikini, era algo que el pobre William con 18 años recién cumplidos no podía evitar tener una dura y firme erección.
    
    Era tal su belleza, que cuando se iba a comprar, no podía evitar ir a su cuarto, quedarse en pelotas de cintura para abajo, tumbarse y hacerse una buena paja pensando en aquellas grandes tetas. Una y otra vez agarraba firmemente su pene, pensando en meterla en sus pechos mientras ve sus labios y correrse a gusto en aquella carita.
    
    -Ohhh -su pene empezó a expulsar intensos chorros de semen que cayeron sobre su pecho mientras sacaba la lengua por el placer producido.
    
    Un par de días más fueron la gloria. Por la mañana veía a su tía meterse en la piscina con aquel bikini tan pequeño que dejaba poco a la imaginación. Al estar apartado el chalet, no había nadie y aquello era perfecto para su privacidad. Ver como el agua recorría su cuerpo, cayendo sobre sus nalgas y tetas... aquello provocaba que el corazón del joven se acelerase tanto que sentía como si se le fuera a salir. Al igual que su pene que asomaba por encima de su bañador.
    
    Sin embargo, había algo que él desconocía, que ella se había criado con tres chicos por lo que las manchas de las sábanas delataban su crimen. Ella fingió marcharse aquella tarde, y él aprovecho como era costumbre para hacerse una buena paja. Enseguida cerró los ojos para dar rienda suelta a su imaginación.
    
    -Oh tía... ojalá correrme en tus tetas... joder... si... te follaría como nunca te ha follado un hombre -dijo con orgullo de su masculinidad.
    
    Entonces, una mano que no era la suya agarró su polla. Abrió los ojos mientras el corazón le dio un vuelco. Era ella, estaba allí, sujetando su pene con una sonrisa. Él quiso excusarse.
    
    -Tía... esto, esto no es lo que parece... de verdad no... ohhh.
    
    -Esto dice lo contrario -sacudiendo con maestría su pene y dejando sus pechos al aire con la otra mano.
    
    Su respiración era agitada, aquella suave mano tenía su pene entre sus dedos y sus ojos se posaban sobre esos pechos. Eran enormes desde su posición. Entonces para su sorpresa, ella quiso que se corriese.
    
    -Venga... suelta toda tu leche -ordenó. El joven no pudo resistir ya que ella dominaba muy bien su técnica de hacer pajas. Y finalmente, explotó de placer mientras soltaba el mayor gemido de su vida hasta ese momento al correrse.
    
    Ambos quedaron cubierto por una gran capa de semen, a su edad y con los huevos tan cargados ese día, dejó salir todo lo que pudo hasta que sus pelotas quedaron tan secas como el desierto.
    
    Aquellos días fueron mucho mejor, él incluso se bañaba desnudo en la piscina mientras que su tía, a pesar de haber mostrado sus pechos, lo hacía con bikini. William movía su pene en ...
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