1. Maestro de rondas infantiles – Parte 5


    Fecha: 03/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Neon, Fuente: SexoSinTabues30

    ... dejaré para más tarde.
    
    -Ya métame su cosita-
    
    Giselle no quería esperar más tiempo por lo que tomó mi verga y la introduje en la entrada de su rajita lampiña y bonita, empecé a metérselo con mucho cuidado y de un solo movimiento destrocé su virginidad y tomé un pañuelo desechable para limpiar la sangre que iba saliendo pero afortunadamente Giselle aguantó el dolor y comencé a moverme despacio tratando de meterle la verga lo más que pudiera, lo malo es que no entró más de la mitad de mi pene probablemente porque mi verga era muy gruesa o su vagina muy estrecha, lo importante es que ambos gozábamos como nunca.
    
    -Siga, deme más, quiero más-
    
    Al mismo tiempo que me pedía más yo le daba con todo lo que podía y la niña soltaba gemidos de placer que se escucharon en todo el salón de música, las pequeñas nos miraban con mucha atención recordando cómo fue su primera vez de las que ya pasaron y como sería para las que aún faltaban, sostuve con fuerza sus piernas y fornicábamos intensamente hasta que también recibió su leche en su vagina, ya me estaba quedando sin fuerzas por lo duro que les daba a las tres niñas y aún faltaba una por desvirgar.
    
    Sí, la que faltaba por quitar su virginidad esta semana (debido a que ya era viernes y no nos volveríamos a ver hasta el lunes siguiente) era Elisa, esta niña de cabello largo en dos trencitas, carita de muñeca de porcelana, piel lisa y ojitos cafés, me miraba algo tímida pues nunca antes había sentido algo así en su vida, y tan pronto como me repuse senté a la niña en la silla y le abrí las piernas para jugar con su vagina, pasé unos dedos rozando su vulva y con cuidado le metí uno para saber si no le dolía, y como no le dolió le metí otro y tampoco le dolía en cuanto metí el tercero puso una carita de dolor.
    
    -Ay, me duele un poco- exclamó Elisa.
    
    -perdón mi nena, no quise lastimarte, deja quitarte el dolor- a lo cual asintió con la cabeza.
    
    Le empecé a chupar su vagina para que se calmara el dolor y vi como su expresión había cambiado, ahora soltaba pequeñas risitas indicándome que le gustaba mucho, y cuando dejé de chuparla le puse la pomada para que le bajara el dolor, y con mi verga erecta la acerque a la boquita de Elisa, quien ya sabía lo que tenía que hacer, abrió bien grande la boquita y en cuanto entró mi verga comenzó a hacer hacia adelante y hacia atrás, primero lo fue haciendo lento para poco a poco hacerlo más rápido, le dije que usara sus manitas para sostener mi pene y así fuera más fácil a lo cual me obedeció y vaya que la pequeña estaba aprendiendo rápido pues me chupaba como putita deseosa.
    
    Después de un rato le metí tres dedos en su vagina para comprobar que la pomada había hecho efecto y comprobar que no sintiera nada, y como me dijo que no le dolía procedí a abrir sus piernas, tomar sus manos para que sostuvieran sus piernas y así poder cogerla más a gusto.
    
    Empecé por meter el glande que estaba un poco hinchado y con un poco de esfuerzo logré metérselo, pero vi que ...