1. Mi jefe fue mi amo II


    Fecha: 02/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: tony e irene, Fuente: RelatosEróticos

    ... comenzó a sonar. Me quedé petrificada, sin saber qué hacer, y él me dijo que atendiera la llamada. Saqué mi móvil y vi en la pantalla que era Tony, mi chico. Atendí a la llamada.
    
    -¿Cariño? Ahora no puedo hablar, estoy en el trabajo -le dije.
    
    Julio se puso en pie, y me indicó por señas que siguiera hablando, y eso hice. En aquella época, Tony y yo estábamos buscando casa para vivir juntos. Mi chico comenzó a hablarme de las casas que había visto, aunque yo no podía prestarle mucha atención. Julio me rodeó y se colocó detrás de mí. Mientras Tony hablaba y hablaba sentía que Julio me subía la falda lentamente, acariciando mi piel en el proceso. Parecía que todo aquello le excitaba. Y a mí también... Cuando me subió la falda, comenzó a bajarme el tanga, mientras hacía mi mejor esfuerzo para que Tony, al otro lado del teléfono móvil, no notara nada. Entonces Julio me puso una mano en la espalda y presionó para que me inclinase sobre el escritorio. Fue ahí cuando tuve la certeza de que iba a follarme por primera vez. Yo seguía escuchando a mi chico hablar de las casas que estaba mirando, completamente inclinada sobre el escritorio, mientras sentía las manos de Julio aferrarse a mis caderas. Luego, sus manos se deslizaron por mi piel hasta posarse en mis nalgas, que apretó con intensidad, y luego las separó. Entonces fue cuando sentí su glande presionando contra mi ano. Jamás me habían penetrado analmente, ni siquiera Tony. No supe cómo reaccionar, porque mi chico seguía hablándome sin parar desde el otro lado del teléfono móvil. Intenté relajarme para que fuera menos doloroso. La penetración parecía inevitable, así que debía concentrar todos mis esfuerzos en que mi chico no notase nada.
    
    Las manos de Julio volvieron a mi cintura a medida que su glande penetraba en mi ano e iba abriéndose camino. Una punzada de dolor recorrió mi cuerpo. Por suerte, Tony no podía verme la cara en ese momento. Lentamente pero sin detenerse, la polla de Julio siguió entrando, abriéndome de una manera dolorosa. Mordí mi propio dedo para que no se me escapara un grito o una queja. En algún momento la metió entera dentro de mí, y luego comenzó a follarme el culo, despacio al principio, más y más intenso después.
    
    -¿Cariño, estás bien? -preguntó mi chico al otro lado del teléfono móvil.
    
    -Sí -respondí como pude, mientras detrás de mí Julio me embestía cada vez más fuerte, aferrado a mi cintura con ambas manos.
    
    -Si estás ocupada puedo llamarte después... -dijo Tony.
    
    -Será mejor -dije, y sin esperar respuesta colgué.
    
    Ahora podía quejarme, pero Julio siguió follándome por detrás. El dolor fue tornándose en placer, aunque nunca se fue del todo. Mis nalgas temblaban ante cada choque de su cuerpo contra ellas, mientras su polla gozaba de una parte de mí que nadie, ni aun mi chico, había disfrutado jamás. Ya le había sido infiel antes con su mejor amigo, como también conté en una entrada anterior, pero aquella vez me sentí más infiel que nunca. Julio se corrió en ...