1. La Carcel. Cap. III: El flaco narigón ese


    Fecha: 01/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Fantasías Eróticas Gays Autor: mynameisnilo, Fuente: SexoSinTabues30

    Cap. III: El flaco narigón ese
    
    El flaco estaba encargado de la cantina, y repartía bolsas a los gritos tirándolas por todo el pabellón mientras cantaba la letra desarmada de un regguetón mal aprendido. Era alto, narigón y medio bruto, pero demasiado divertido como para que molestara. Los viejos lo amaban porque siempre les prestaba atención y contaba chistes malísimos de esos que a los viejos hacen reír por desgano. También jugaba al futbol como una bestia, con más aguante que un caballo; y se podía estar con él un par de horas sin decir nada tomando mate y leyendo las revistas viejas de la biblioteca móvil. Esto hacía que lo amaramos todos.
    
    Además cogía muy bien. La primera vez que me cogió fue terminando el primer mes de mi llegada, en las duchas del pabellón mientras los guardias se distraían enumerando listas interminables y hacían todo su absurdo ceremonial para el conteo de la tarde. Nos contaban cuatro veces por día, pasando lista y revisando apenas que no se les hubiese pasado alguno más para evitarse un disgusto con los de arriba más que por vocación. Mientras preparaban el conteo de las siete, aproveché para meterme a las duchas antes de que el resto las copara y se hicieran inhabitables, y no vi que detrás de mí el flaco se coló en la penumbra fresca de los baños.
    
    Estaba desnudo en la penumbra, con las orejas llenas de agua y el culo de jabón cuando escuché un chasquido y reconocí al instante su silueta mirándome desde la esquina. Las orejas lo delataban inconfundible. Me asusté, porque hay demasiadas películas de presos violados en las duchas, pero cuando vi que estaba solo comencé a entender. Afuera los guardias se gritaban por las planillas y el flaco se agarró el paquete con toda la manaza sonriéndome; estaba sin remera y descalzo, y el short se le reventaba en la entrepierna. No demoré casi nada en asentir y vino derecho para donde yo estaba, me metió la lengua en la boca, las manos me estrujaron el culo, el paquete apoyado contra mí. No diría que fue la cogida más cómoda de las que tuve ahí, pero si fue la más intensa lejos. Mientras escuchábamos a los guardias hacerse bromas idiotas se la chupé con todo el hambre posible, atragantándome de verga bajo el agua de la ducha. La tenía larga, no muy gruesa, pero con una linda cabeza rozada, casi lampiña y apenas curvada hacia arriba. Además tenía la mejor forma para disfrutarla en el culo, delgada en la base y más gruesa a partir del medio. Los que conocen saben que una verga con esos detalles puede hacer maravillas. Creo que si fuese por el flaco me había acabado en la boca, pero yo estaba lanzado y quería más. Tenía el culo latiendo de una mezcla de ansiedad, calentura y miedo de que los guardias terminaran demasiado pronto. Me levanté limpiándome la baba que me había hecho chorrear desde la garganta y me dio vuelta con empujones. No era muy delicado, pero me calentaba su forma de darme empujoncitos y apretones en el cuerpo cuando quería que me pusiera de alguna ...
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