1. Una solitaria sala de cine


    Fecha: 20/05/2021, Categorías: Sexo Oral Autor: Matthew, Fuente: TodoRelatos

    ... bulto textil suave y mojado, que fue capaz de notar y proporcionarme cierto cosquilleo excitante, en el mismo momento que separaba un poco las piernas de mi desconocida y salivaba ante la visión de aquel coño que estaba dispuesto a comerme como si fuera mi último día sobre la tierra.
    
    La miré directamente a los ojos.
    
    La miré, si, y lo hice con todo el deseo que no podía contener más tiempo. Fui aproximándome con la lengua fuera, ya goteando saliva que cayó sobre su asiento. La abrí con mis dedos, y luego le di el lametón más eterno, mojado y provocativo que fui capaz.
    
    Sus piernas me hicieron todo el sitio que pudieron y me acarició el pelo de la cabeza, atrayéndome sutilmente para que siguiera comiéndomela.
    
    Lamí su clítoris y escupí sobre él y pronto empecé también a follármela con dos dedos mientras la saboreaba, a la vez que extendía toda aquella humedad. Me aceleraba chupándola, llegando todo lo dentro de ella que era capaz, alternando caricias, besos y mimos que pronto fui cambiando por apresurados roces, intensos chupetones y rápidos lametones. Y es que saber que aquello ya no tenía marcha atrás y que pronto, el orgasmo que me iba a regalar en la boca, me lo habría ganado a pulso me mataba de satisfacción. Siempre mis pupilas buscando las suyas. Para dejar claro que si no se había corrido aun era solo porque yo había notado el inicio de sus contracciones musculares y había bajado el ritmo para prolongar su placer. Hasta que las caricias que aquella mujer hacía en mi cabeza, turnaron en agarrarme por el pelo y hundirme la cara en su coño y que no pudiera pararme ni apartarme ni un milímetro de allí.
    
    Le di por fin el lujo y lo degusté con muchas ganas. Lamí, chupé y absorbí su clítoris con intención de no detenerme ni frenarme en ningún momento. Me la follé introduciéndole mis dedos a buen ritmo, provocando que su cuerpo se moviera y sus tetas se mecieran de manera insinuante y a contra-ritmo, y por fin, acabé notando su delicioso orgasmo que le causó espasmos y temblores en todo su cuerpo, y un último gemido, que tapándose además la boca, supo encajar en un momento en que el sonido de la película, por la tensión de la trama, tenía la suficiente potencia como para amortiguarlo y que nadie pudiera descubrirnos.
    
    Hubo un instante, aunque breve para respirar y tomar posiciones relajadas de nuevo.
    
    Me deslicé hasta mi butaca y me senté con las piernas abiertas, necesitando espacio para la sólida erección que aun tenía y que hacía asomar por la cintura de mi pantalón una parte de mi enrojecido e hinchado glande, y mientras, mi agradecida compañera de proyección, deslizo su mano por mi torso hacia abajo, e hizo el favor de liberar por fin la tensión, desabrochándome el pantalón, bajando la cremallera, y sosteniendo mi miembro, que ahora ardía y palpitaba entre sus dedos. Lo masajeó un poco subiendo y bajando la palma de su mano, y rápidamente se dio cuenta que ahora que había recuperado sus fuerzas, podía tomar la iniciativa y ...
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