Mi relación con Paula 6 - Relatos Eróticos

Mi relación con Paula 6

Esa noche Paula me escribió y me comentó que se venía a mi casa, que quería salir a dar una vuelta y que luego si no me importaba dormiría en mi piso.

Salimos a cenar. Se notaba que Paula necesitaba despejarse. Al terminar de cenar nos fuimos a mi casa. Al entrar, comenzamos a besarnos y nos fuimos directamente a dormitorio. Nos desnudamos. Le pregunté si había traído mi regalo y me contó que había traído algo más.

Me pidió que me tumbara y seguidamente sacó de su bolso un par de pañuelos. El que utilizábamos normalmente para atarnos y otro más que yo no conocía. Me ató las manos al cabecero y luego me vendó los ojos con el otro. La verdad que la noche se presentaba interesante.

La escuché trastear en el bolso y sacar cosas. Ahora entendía que ese día su bolso fuera especialmente grande. Dejaba las cosas encima de la cama pero no sabía que podía ser cada una de ellas. La escuché salir del cuarto y volver con algo. La incertidumbre hacía que me pusiera más cachondo.

Después de unos minutos se puso a horcajadas sobre mi. Comenzó a acariciarme el pecho con sus manos, centrándose en pasar sus uñas por mis pezones y pellizcarlos suavemente. Sus manos recorrieron mi cuerpo durante varios minutos. Me hacía daño con las uñas o me pellizcaba, que seguidamente me besaba y acariciaba con su lengua la misma zona.

Paró un instante y la oí coger algo, no supe identificar que era hasta que noté el frío en mi pene. Era un cubito de hielo. Pasó el cubito por mis partes varias veces, alternaba el frío del hielo con la calidez de su boca y me estaba volviendo loco. Me estremecía cada vez que me rozaba y mi nivel de excitación no dejaba de crecer. Mi pene estaba como una piedra y en ese momento ella aprovechó para agarrarme los testículos y darles un azote. Ese dolor me hizo romper el nivel de excitación que tenía por un instante, solo para desear que lo hiciera de nuevo.

Después de un rato subiendo y bajando mi nivel de excitación se sentó en mi cara. Ahora me tocaba a mi proporcionarle placer. Ella se comenzó a mover suavemente y me ofreció su culo para que, con mi lengua, lo penetrara. Me encantaba dilatar su culito. Le encantaba el sexo anal. Después de un rato sentada en mi cara Paula tuvo el primer orgasmo.

Una vez que recuperó la respiración se volvió a colocar sobre mi cara ofreciéndome de nuevo su culo para que continuara dilatándolo con mi lengua.

Tras unos minutos podía introducir mi lengua perfectamente en su ano. Se levantó y me pidió que abriera la boca. Rogué que me quitara la venda porque quería ver su culo dilatado en primer plano, a lo que rotundamente, y tras darme una bofetada, me dijo que no. Abrí la boca y puso el plug en ella. Luego se sentó sobre él y fue introduciéndoselo lentamente hasta que estuvo dentro, comentando que este era más grande y que le encantaba su regalo.

Se colocó entre mis piernas de nuevo y comenzó a masturbarme con mucha suavidad, ensalivando bien mi pene y mis testículos. Cuando notaba que me ...