En la universidad - Relatos Eróticos

En la universidad

... expliqué que en esa facultad muy conocida de BCN hay dos entradas y que ella iba a entrar por la del sur y yo por la del este. Le dije que tenía que subir las escaleras, entrar y caminar por el pasillo principal hasta encontrar los baños, que yo ya había estudiado por muchas semanas (entiéndase la broma) y sabía que no tenían cámaras ni gente ahora por vacaciones. Empezamos a caminar y nos separamos. La vi a lo lejos y seguí caminando hacia la entrada este. Llegué al pasillo y supuse que por su desconocimiento del lugar, caminaría y llegaría después que yo. Pero al no verla intuí que se había equivocado de baño. Rápidamente caminé hacia el otro baño. Bajé las escaleras y la vi mirándose en el espejo. Miré el baño de hombres para asegurarme de que nadie me vea y crucé hacia la puerta de mujeres. Me vió acercarme hasta detrás de ella y violentamente la incliné ligeramente hacia abajo sujetándola de los hombros. Empecé a golpearle el culo con mi pene muy fuerte. Estaba desatando una fantasía bastante antigua, aunque no con la compañía ideal, pero mejor eso a no tener nada.

Le levanté el vestido para poder ver bien su culito, mientras la azotaba frente al espejo. Al ser pleno horario de almuerzo cualquier trabajador de la universidad podía aparecer en los baños y encontrarse a la muñequita con el culo al aire. Así que la jalé hasta uno de los sitios cerrados. Nos metimos y descubrimos que no tenía pestillo para cerrar la puerta así que empezamos a besarnos con la puerta entreabierta. Cualquier mujer que entrara al baño iba a ver y escuchar lo que estábamos haciendo. La verdad eso no me disgustaba, sobre todo si aparecía una investigadora sensual, hubiera sido increíble. Abrí mi pantalón y ella sacó mi pene con sus manos, bajándome el boxer. Al mismo tiempo yo le sacaba las tetas del vestido. Se agachó y con la puerta entreabierta posó su boquita sobre mi pene y empezó a chupar. Chupa y chupa, mientras yo miraba por si aparecía la investigadora de mis sueños por la puerta. Se levantó, soltando mi pene y me agaché yo, sentado en el water, moví su tanga hacia un lado y dejé salir su vagina sudada por el calor y mojadita por la experiencia. Se la acaricié y le metí los dedos. Le pasé mi lengua pues estaba perfectamente depilada y le pedí que siguiera chupando. Por momentos miraba cómo se movía su cabeza y me enfocaba en sentir como hacía malabares con mi pene. Lo tenía muy duro y le pregunté si quería más. Me dijo que sí y dijo: "¿pero aquí?". No quería hacerlo ahí y, bueno, tampoco la iba a forzar. Antes de subirme el pantalón pasé mi pene erecto por toda su vagina, se la sobé para que pudiera sentir bien todo lo que le iba a meter.

Salí yo primero y luego ella. Nos re-encontramos afuera de la universidad y caminamos hacia mi piso. La verdad el resto me parece sexo de lo más normal y nada excitante, así que pueden imaginárselo. Esta chica regresó a Tarragona y yo me quedé bastante insatisfecho por lo que seguiré acercándome a mujeres, sobre todo ...