Mommy, mi nueva vida. Parte 1 - Relatos Eróticos

Mommy, mi nueva vida. Parte 1

... tenido que volver a corregirla, es una rebelde pero aún así es adorable como te dije.

-Vaya, sí que se la ve adorable. -Dijo amablemente aquél hombre desconocido aún para mi.

-Ya puedes subirte las braguitas Mia y estudiad todo lo que podáis. -Ordenó Natasha.

Yo por mi parte estaba muerta de la vergüenza, un señor desconocido y mi amiga me habían visto el culo castigado.

Cuando ambos se marcharon, Natasha y ese señor, Carolina me abrazó llorando.

-¿Por qué lloras?

Porque por mi culpa has sido castigada, ya me ha contado mi Daddy como fue, a mi también me castigó por permitirme dejar que se metieran conmigo.

-O sea que nuestros cuidadores se conocen...

-Sí y además, desde hace mucho tiempo.

-¿Te castiga mucho? -Pregunté curiosa.

-Todos los días me da seis azotes con la pala de madera para recordarme el portarme bien, pero no suele castigarme, él mismo me lo recuerda cada día.

-¿Y duele mucho eso?

-Sí, me da tres en cada nalga y muy fuerte, él es muy corpulento y tiene mucha fuerza en sus músculos... Va al gimnasio a diario mientras yo estoy estudiando.

-No quisiera probar la pala esa.

-Prefiero la pala que los cinturonazos que te dio Natasha. -Dijo mirando al techo.

-¡Oyeeee! -Dije bromeando.

-Venga va, vamos a estudiar tengo que ponerte al día y no tenemos mucho tiempo.

Habla Natasha:

-Carolina es muy buena influencia para Mía, ojalá se lleven bien.

-Claro que sí Natasha, además, a Carolina le hace falta alguien como Mía al lado para que espabile, no es que la quiera rebelde pero es muy sumisa y necesito más acción.

-Serás sádico. -Dijo Natasha riéndose mientras daba un trago a su bebida.

-¿Sádico? Sólo la azoto una vez al día para que recuerde portarse bien.

-Normal que no se te rebele ni contigo ni con nadie, la tienes amedrentada Juan.

-Bueno, sopesándolo bien puede que tengas razón, no debería azotarla sino hace nada malo, dejaré de hacerlo pero es mi little y no quiero que le pase nada, si hace algo malo para su salud la castigaré muy duramente.

-En eso estamos de acuerdo, somos sus responsables de su bienestar.

-Natasha... ¿no estás bebiendo muy rápido? -Preguntó Juan preocupado.

-¿Desde cuándo te preocupas por mí? -Dijo Natasha en tono de burla.

-Desde que saliste con el papanatas ese.

-¡Ay! Juan, no, ¿tú también?

-No me cayó bien nunca, ese tipo tiene algo extraño, ¿a quién más no le cae bien, a tu nana?

-No... a Mía.... y tengo problemas a cuenta de eso... -Dijo dándole un sorbo más grande a la copa.

-¿Por qué no lo dejas y vives tu vida?

-¿Cómo voy a dejar a quien estuvo conmigo cuando más lo necesitaba, cuando murieron mis padres? Tú no estabas... te fuiste a estudiar al extranjero.

-Lo sé, pero tenía que hacer mi vida, ahora soy quien soy gracias a lo que hice, no tengo una fortuna pero tenemos para caprichos. ¿Estás bien Natasha? -Preguntó Juan preocupado.