Mommy, mi nueva vida. Parte 1 - Relatos Eróticos

Mommy, mi nueva vida. Parte 1

... alguien tan mezquina como tú, no tienes vergüenza, venir aquí a insultar a una compañera, qué penas das.- Dije furiosa.

-¿Cómo te atreves a hablarme así, estúpida? -Dijo ella mas furiosa que yo.

-Perdone señorita estúpida, no sabía que mandaras sobre mí, disculpe mi mal hablar, cualquier cosa que tenga que decirme, dígaselo a mi mano. -Contesté con una sonrisa fingida.

La clase estalló en risas, incluso Carolina se tapaba la mano, para que no la vieran.

-Te estás pasando idiota, nos veremos en el recreo y sí, es una amenaza.

En ese momento vino el profesor, que, para mi desgracia, era el Manupollas, mirándome enfadado, creo que escuchó algo.

-Lo que me faltaba, una clase de mierda.-Dije en voz alta para que me escuchara él.

-Fuera de mi clase Mía, espera en el pasillo de pie, estás castigada.

-Pero, ¿por qué? No he hecho nada.

-Hablar maleducadamente sobre mi asignatura en mi cara es una falta de respeto, se lo comunicaré a tu tutora.

-¿Tienes tutora? -Preguntó Carolina por lo bajo.

-Sí. -Dije cortante, no quería que nadie lo supiera y este estúpido me dejó en evidencia.

Salí dando un portazo muy fuerte que resonó tanto que algunos profesores salieron de sus aulas para ver qué ocurría. Entonces, salió el Manupollas y dijo, “no pasa nada profesores, está todo controlado”.

-¿Se puede saber qué te pasa? A mi no vuelvas a humillarme en ninguna clase más de matemáticas. -Dijo el Manupollas enfadado.

-Ni tú vuelvas a decir ahí en medio que tengo una tutora, nadie tiene por qué enterarse de mi vida personal. Contesté muy molesta.

-¡Qué pena! Ahora ya todos lo saben, niñita malcriada.

-¡Qué pena! El señorito está molesto porque lo he dejado en evidencia, pobrecito, ya no le tendrán tanto respeto...

¡PLAF!

-A mi no me vuelvas a hablar en ese tono de burla, ¿entiendes Mía?

Mis ganas de darle un puñetazo incrementaron, pero me aguanté, con lágrimas saltadas, pero me aguanté. Su mano era bastante grande y me había lastimado, no quería ganarme otra.

-¡Contesta, Mía! ¿Lo entiendes?

-Sí, profesor. -De mierda, pensé.

-Ahora quédate en este banco sentada, no entrarás a mi clase, Natasha va a estar muy enfadada contigo. -Y se marchó el muy hijo de puta.

¡Ay! Cómo me duele, jodeeer! Maldito imbécil, tengo que hacer algo para que Natasha lo deje, no podré vivir en paz estando este energúmeno al lado. ¿Y se ha atrevido a abofetearme, pero de qué va?

La hora pasó muy lenta, yo mientras me escabullí al baño para verme la cara, afortunadamente, no tenía ninguna marca de su bofetada, pero una vez hube salido del baño me encontré con alguien a quien no conocía.

-¿Qué hace usted por el pasillo, señorita? -Dijo como acusándome.

-Me han echado de clase. Dije tranquílamente.

-Preséntese, alumna. -Dijo aquella señora.

-Soy Mía Ramos.

-¿Es usted Mía, protegida de Natasha Riveretti? -Preguntó desconcertantemente.

-Sí, profesora.

-Acompáñeme a mi despacho.

-¿Su despacho? -Pregunté yo ...