Mommy, mi nueva vida. Parte 1 - Relatos Eróticos

Mommy, mi nueva vida. Parte 1

... conociera de toda la vida, es esa niña que yo no pude ser, esa adolescente callada y silenciosa temerosa de sus padres, tenía tanta rabia acumulada por tener que hacer todos lo que ellos quisieran que ahora me he vuelto como ellos. El miedo, el pánico, el terror, todo junto en una misma persona, necesitaba amor y cariño y encontré a Manuel, le quiero pero no soy feliz con él y no lo entiendo, se supone que cuando alguien está enamorado debe sentirse feliz y más aún si es recíproco, pero no es el caso, no lo soy. Aún así, esa pequeña me da vida, me da paz y alegría y no sé por qué es este sentimiento tan bonito hacia ella pero me las fuerzas para seguir con los proyectos de mis padres, desde que la conocí aquel día, mi vida ha cambiado y mis sentimientos hacia Manuel ya no son tan seguros en mí. Estoy hecha un lío. No sé por qué estoy dudando, debería concentrarme en conducir hasta casa, tengo que hacer papeleo.

Habla Mía:

Vaya asco de instituto, sólo hay pijos y pijas con caras de arrogancia, encima tengo clase de inglés a primera hora y no encuentro mi aula, estoy perdida y no sé a quién preguntarle, me siento un poco intimidada aunque por fuera demuestro confianza, me miran por encima del hombro, claro, como soy nueva. Los chicos van vestidos con pantalón azul marino vaquero, camisa blanca, corbata azul marino también y zapatos negros. Patéticas estas indumentarias, ya podríamos vestirnos como nos diera la gana, digo yo.

De repente vi entre el gentío, a una chica muy tímida, casi tapándose la cara con un libro y con los hombros encogidos, llevaba gafas y me dio confianza para acercarme, creo que fue lo más puro que he visto hasta ahora en este estúpido instituto de riquillos malcriados.

-¡Hola! -Dije animada y feliz.

-Ho...hola... -Dijo tartamudeando y temblorosa.

-Me llamo Mía Ramos, ¿y tú?

-Carolina Cortés. -Dijo tímidamente.

-¿Por qué tiemblas Carolina? -Pregunté preocupada, a esta chica le pasa algo.

-No... deberías hablarme... se meterán contigo por hacerlo.

-¿Quién? Que de un guantazo los pongo firmes a estos tontos.

-No... es lo peor que podrías hacer... te castigarán y tus padres no estarán contentos contigo...

-No tengo padres, además no me da miedo nadie.

-¿No... tienes padres...? Lo siento mucho... yo... tampoco tengo...

Eso me extrañó, ¿quién la cuida? Bueno, no es momento para hablar del tema, llego tarde.

-Lo siento yo también, luego hablamos si quieres, en el recreo, ¿sabes dónde está el aula de primero de bachillerato de ciencias?

-Sí... claro, yo también voy a esa clase. - Dijo dulcemente con una sonrisa escondida.

-¡Oh! ¡Gracias, qué suerte tengo! Eres muy amable Carolina, ¿me llevas y nos sentamos juntas o tienes ya compañero o compañera?

-No... yo me siento sola..., delante del todo.

-¿Sola? ¿Por qué no estás acompañada? -Pregunté curiosa.

-La gente de este lugar... no me acepta. - Dijo escondiendo parte de su rostro en su libro y sin dejar de encoger los ...