CRONICAS DE MI CUMPLEAÑOS Nº 42 *Con 10* - Relatos Eróticos

CRONICAS DE MI CUMPLEAÑOS Nº 42 *Con 10*

... fortachón, obsesionado por el ejercicio y el boxeo, pero también es el más torpe y bruto de todos ellos.

En el gimnasio lo apodaron “el pequeño Juan”…, ya que Juan es su nombre.

Una vez que sacó a su compañero, me levantó más las piernas haciendo que mis caderas se despegaran del sillón.

¡Agárrenla!…, les pidió a los que estaban junto a mi cabeza.

Entre dos sostuvieron mis piernas levantadas y bien abiertas, además estaba prácticamente inmovilizada ya que mis brazos habían quedado atorados entre sus piernas y el respaldo del sillón…

El pequeño Juan empezó a hacer intentos para penetrarme, pero precisamente por su torpeza y por estar tan borracho, no lograba hacer a un lado mi bombacha.

Yo lo miraba fijamente deseando que me la metiera A pesar de que ya me habían cogido tres y que había acabado varias veces, seguía muy caliente y necesitaba seguir cogiendo. Definitivamente lo mío es una obsesión por el sexo, cuanto más cojo más quiero coger…

Por un lado, mi parte salvaje quería gritarle que rompiera la bombacha y que me la metiera y por otro lado, mi parte racional quería suplicarle todo lo contrario, ya que ese conjunto que tenía puesto era uno de los mas lindos y mas costosos que tengo…, mejor dicho que tenía.

Finalmente y como de costumbre, mi calentura y lo puta que soy, pudo mas que mi racionalidad…

Literalmente comencé a gritarle ¡Dale, cógeme, rómpela, ya no aguanto!

El pequeño Juan, que además no entiende absolutamente nada de lencería fina, sin pensarlo dos veces, de un solo tirón me arrancó la bombacha y sin piedad enterró su verga en mi culo…

Grité del dolor mientras un orgasmo excepcional invadía todo mi cuerpo, los que me estaban agarrando tuvieron que doblegar sus fuerzas para poder sostenerme y evitar que me moviera.

Calculo que habrá durado unos quince o veinte minutos, en los que me cogió brutalmente y durante los cuales no dejé de estremecerme, era un orgasmo tras otro.

El pequeño Juan había apoyado ambas manos en mis muslos apretándome fuertemente hacia abajo. Su mirada estaba puesta en lo que estaba haciendo, viendo como su pija entraba y salía de mi culo. Yo no podía levantar la cabeza, por lo que mi vista se enfocaba en sus hombros y brazos que brillaban por el sudor que le escurría.

Dando un último golpe muy fuerte, se quedó quieto en lo más profundo y comenzó a acabar…

Recién ahí los chicos me soltaron, así que pude levantar la cabeza y mirar como lentamente sacaba su verga de mi culo… Una vez afuera, empezó a sacudirla sobre mi concha, dando golpecitos en ella…

Yo estaba muy sensible y aún seguía estremeciéndome, no toleraba que siguiera tocándome. Para que dejara de hacerlo, extendí mi mano y se la agarré. Esa verga estaba hirviendo, hinchada, sus venas parecían que iban a estallar….

Mantuve su pija en mi mano, apretándola muy fuerte, mi intención no era masturbarlo ni mucho menos, solo quería sostenerlo para que no siguiera, pero el solo hecho de apretarla tan fuerte y ...