MI PROFE DE NATACION Y SU VERGA DE 25 CM. (2)
Fecha: 22/05/2019,
Categorías:
Gays
Autor: marcos-wanda, Fuente: SexoSinTabues30
... estaban a punto de unirse, cerré mis ojos y le ofrecí mi boca.
Hay “besos y besos”; de amor, de excitación, de calentura, suaves, fogosos, salvajes; pues bien, aquel beso contuvo todo aquello; obviamente que el sexo propiamente dicho es punto culminante de una relación, pero los besos y algunos besos en particular, pueden llegar a hacerle “perder hasta la razón” a uno y este era, precisamente, uno de ellos.
“¡Que lindo chicos sos, Marcos! ¡Sos hermoso!” – Exclamó Christian.
“¡Usted también, profe! ¡Usted me gusta mucho!” – Le respondí.
“¡Ay, Marquitos! ¡Qué ganas de cogerte! ¡Qué ganas de metértela en el culo! ¡En ese culazo que tenés!” – Volvió a Exclamar Christian.
“¡Cójame profe! ¡Yo también quiero que me coja!” – Respondí, ya fuera de mí y a punto de desvanecerme de tanto placer.
“¡Ya te cogieron antes! ¿Verdad Marcos?” – Dijo, como asegurándome de que no me rompería el culo.
“¡Si, profe! ¡Me cogieron muchas veces ya! ¡Pero nunca con semejante pija como la suya!” – Respondí.
Christian abrió la puerta de su “guardarropas” y sacó un pote de crema íntima, algo que me hizo intuir que yo no sería el primer chico que él estaría por coger y que, muy probablemente, ya se habría cogido a otros tantos.
Yo, en tanto, estaba buscando una posición como para recibir semejante “regado” y mientras lo hacía, sentí la mano del profesor, untando todo mi culo con la crema; cuando mi culo y su enorme verga, ya estaban lo suficientemente lubricados, comenzó el proceso de penetración.
Primero, apoyó la tremenda “cabeza” de su pija, a las puertas de mi “rosado agujero” e hizo un intento por penetrarme, pero fue infructuoso, por el gran tamaño, así que comenzó a penetrarme con los dedos, para dilatar bien mi orificio anal; un dedo primero, después otro y así sucesivamente, hasta que ya sí, bien producida la dilatación, volvió a intentar con su “mástil”.
“Lo que cuesta, bien vale” – Dice el dicho popular y ello fue, concretamente lo que ocurrió, porque, poco a poco, fue penetrándome, hasta que, en determinado momento, sentí la enorme verga (una buena porción de ella) ya adentro de mi culo.
Una vez que entró por completo, Christian comenzó a moverse a su antojo, a sabiendas ya de que no me produciría dolor alguno, sino que, por el contrario, todo sería gozo, placer y satisfacción sexual.
¡Ah! ¡Qué hermoso es esto! ¡Oh! ¡No hay nada más lindo que cogerse un culazo como este!” – Exclamó Christian y agregó:
“¿Te gusta, Marquitos? ¿Te gusta como te estoy cogiendo? ¡Decime, cualquier cosa, si te duele!”
“¡Si, profe! ¡Me gusta! ¡Me gusta mucho! ¡Siga cogiéndome, profe! ¡Cójame bien fuerte!” – Respondí.
“¡Ah! ¡Hijo de puta! ¿Querés más pija? ¿Querés más, puto de mierda? ¡Tomá, la concha de tu madre! ¡Hijo de puta! ¡Puto de mierda! – Gritaba el profesor.
Obviamente, yo sabía que todos esos insultos e improperios, tenían relación directa con el estado de excitación y formaban parte de ese “ritual sexual”, motivo por el cual, ...