MI PROFE DE NATACION Y SU VERGA DE 25 CM. (2)
Fecha: 22/05/2019,
Categorías:
Gays
Autor: marcos-wanda, Fuente: SexoSinTabues30
Hola a todxs
Sugiero leer el relato anterior.
Esa noche casi no pude dormir, porque se me venía a la mente, una y otra vez, la imagen de la increíble verga del profesor, hasta que la curiosidad pudo más, entonces tomé una gran hoja de papel, marqué en ella, veinticinco centímetros de largo y comencé a hacer un cilindro, hasta que llegué a los diez centímetros de circunferencia; el resultado fue una “monstruosidad” ¿Entraría todo ello en mi culo? ¿Qué sentiría al respecto? Muchos interrogantes y encima tendría que esperar hasta el viernes.
Por suerte para mí, la semana pasó muy rápido y llegó el día de la segunda sesión de natatorio, a priori, con el único propósito de que, ello contribuyera a la pronta recuperación de la lesión en mi rodilla, aunque ese propósito había pasado a un segundo plano, ya que mi deseo era encontrarme nuevamente con el profe Christian y con su enorme “pedazo”.
Mi rutina, ese día, fue la misma, es decir, fui hasta los vestidores, me quité la ropa, me puse mi diminuta y ajustadísima malla de baño e ingresé al agua, para comenzar con mi rutina; ese viernes, habían concurrido pocos chicos, por lo que Christian estuvo bastante rato conmigo; yo aprovechaba cualquier ocasión para hacerle sonrisitas pícaras e incitantes, además de cruzar miradas cómplices y socarronas.
El profe, con el pretexto o la excusa de “ayudarme en mis ejercicios”, comenzó con un cierto acercamiento “piel a piel”, que a mí me excitaba y de que manera, primero porque él me gustaba muchísimo, físicamente y segundo porque yo ya había visto sus “atributos íntimos”.
Los pocos hicos que habían estado en el natatorio, ya se habían retirado del lugar, quedando solamente Christian y yo, por lo que ambos nos dirigimos hacia los vestidores, juntos y al mismo tiempo; ninguno de los dos había pronunciado palabra alguna, pero ya se presentía en el ambiente, que algo podría llegar a ocurrir, así que nos desvestimos casi al unísono y una vez desnudos, nos quedamos parados, uno al lado del otro, hasta que el profe tomó la iniciativa.
“¿Querés tocarla?” – Preguntó, obviamente, en referencia a su pija y después de mi respuesta afirmativa, con un leve movimiento de cabeza hacia adelante, agregó:
“¡Dale! ¡Vení! ¡Tocala!”
Yo agarré con una de mis manos esa tremenda verga, empecé a acariciarla suavemente y mientras lo hacía, comencé a notar el crecimiento de semejante “miembro viril”; entre toqueteo y manoseos, volvíamos a intercambiar “miradas y sonrisitas”.
“¿Te puedo tocar el culo? ¿Me dejás que te lo toque?” – Preguntó Christian, con la voz ya entrecortada.
“¡Sí profe! ¡Tóquelo!” – Respondí.
El profesor empezó a tocar y a manosear todo mi culo.
“¡Qué locura de culo tenés, Marcos!” – Exclamó y agregó:
“¡Es una maravilla! ¡Es una combinación perfecta entre el culo de un varón y el de una mujer!” – Y finalizó diciendo:
“¿Cuándo te creció el culo así? ¿Siempre lo tuviste tan lindo? ¡Es una verdadera escultura!”
Respondí solo con ...