1. La camarera sumisa (primera parte)


    Fecha: 16/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: jahrx, Fuente: TodoRelatos

    ... "¿Qué tal?" - le dije mientras acariciaba su cara con ambas manos.
    
    No contestó. Cerró los ojos y expiró sonoramente.
    
    Ya se escuchaba a Pedro duchándose y yo abrí mis rodillas, dejando que su cabeza se deslizara entre ellas. Seguí abriéndolas mientras me incorporaba un poco, mientras ponía mi húmedo sexo al alcance de su lengua le dije "come". Enseguida empezó, sacó sus manos de la espalda para cogerme el culo. Yo me incliné, puse mis manos bajo el suyo y comenzó un tórrido sesenta y nueve.
    
    Antes de corrernos me levanté y rebusqué en la maleta. Saqué uno de mis accesorios favoritos.
    
    - "Ponte de rodillas".
    
    Obedeció sin decir nada. Era definitivo.
    
    Pasé por debajo de sus tobillos una banda que va de lado a lado, con dos agarraderas para los mismos, que se cogen con velcro.
    
    - "Ahora pasa las manos por debajo, entre tus rodillas, a la altura de los tobillos".
    
    Las pasó. Allí esperaban otras dos agarraderas para las muñecas. Además le puse un pequeño antifaz.
    
    Quedó, expuesta e indefensa. Cogí una pequeña pala de cuero de la maleta justo cuando Pedro cerraba el grifo.
    
    - "Ahora te voy a azotar".
    
    Un sonoro "PLAS" rompió el silencio. He de reconocer que le di fuerte, y me gustó. No se quejó. Le siguieron unos cuantos azotes más, cambiando de nalga cada vez. Al final, y por repetición, logré que exhalara un gemido que para nada parecía una queja.
    
    Su vulva estaba totalmente cubierta de flujo transparente entre los labios mayores y rebosaba, dejando caer un hilo de aquella delicia.
    
    Pedro salía de la ducha desnudo y erecto.
    
    - "Jo-der".
    
    - "Mira" - dije recogiendo directamente de sus labios aquel néctar y llevándomelo a la boca.
    
    - "Que maravilla" - decía Pedro recogiendo y saboreando aquel manjar.
    
    - "Quiero comerme esa polla... todavía no la he visto." - dijo Laura.
    
    La respuesta fue una sonora palada en su trasero.
    
    Pedro sacó un último accesorio de la maleta. Dos anillas para el pene. Adoro esas anillas.
    
    Se puso la primera en la base del pene y la paso por detrás de los testículos. Así quedan hacia adelante y se facilita el contacto con el clítoris. Se puso un preservativo y la segunda anilla en la base del pene.
    
    Se masturbó unos segundos y enseguida empezó a ganar grosor por la acción de las anillas. Cómo no me iban a gustar.
    
    Cogió a Laura y la situó al borde de la cama. Así él quedaba de pie.
    
    Me senté a mirar en la sila de la habitación mientras me masturbaba lentamente.
    
    Empezó a penetrarla muy, muy, muy despacio, casi milímetro a milímetro, haciendo las delicias de la muchacha.
    
    Cuando hubo introducido el grueso glande comenzó una suave retirada para volver a empezar e ir solo un poco más allá.
    
    Conozco bien la sensación que crea, la expectación. Es un baile lento y sensual.
    
    En un momento dado Laura exclamó:
    
    "Joder es grande..."
    
    Me acerqué a mirar y le dije al oído todo un regalo:
    
    - "Va como por la mitad".
    
    Ella respondió con un gemido gutural.
    
    Levanté la cabeza y me ...
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