Con mi prima - Relatos Eróticos

Con mi prima

Intencionadamente dejo la puerta de mi habitación entreabierta. Se que cuando mi prima vaya hacia la suya, pasará justo por delante, y me oirá.

Empiezo a masturbarme pensando en lo buena que está. Me encanta su culo redondito y prominente. Daría cualquier cosa por follar con ella, y más si fuese en la postura del perrito. Me imagino haciendo acomodar su culo en mi regazo, y luego bombeando fuerte para sentirlo crujir ante mis empujones. Eso me pone a cien y disfruto mucho de la paja.

Oigo el ruido amortiguado de sus zapatos al caminar de puntillas. No quiere que nadie sepa a que hora ha dejado el novio. Poco a poco se va acercando a mi puerta. Yo sigo meneándomela con mucho placer.

Al llegar a la altura de mi habitación, suelto un hondo suspiro a sabiendas que ella me va a escuchar y que rápidamente va a identificar que me estoy masturbando furiosamente.

Se detiene y contiene la respiración. Está detrás de la puerta y supongo que espera confirmar sus sospechas, pero no quiere que sepa que me ha pillado en plena faena.

En medio de mis quejidos de placer, susurro su nombre… ¡Elisa, Elisa… que buena estas!, confiado que ella me está escuchando. Me doy unos cuantos frotes más fuertes para que ella también los oiga.

El silencio es completo. Mi prima no se atreve casi a respirar por miedo a ser descubierta, y yo aprovecho para masturbarme muy alegre sabiendo que ella está escuchando.

—¡Querida prima… UUfff, Ufff, que buena, que polvo…Uff… como me gustas— digo mientras sigo frotando, y compartiendo con ella mis resoplidos de placer.

—¡Qué culito tan rico!... Uy! Qué polvo te voy a echar cuando te pille!

—¡Te gusta mi polla, ¿eh?, pues venga chupa, chupa y comete toda la leche... mira que te gusta!

—¿a que tu novio no te da tanto gusto?

—Ay!, Ay!... ya me viene... me viene....—digo en voz baja mientras me estoy corriendo de gusto.

El silencio es absoluto en la casa y empiezo a dudar si mi prima me ha estado escuchando o lleva rato durmiendo en su habitación. De cualquier manera la paja ha sido espléndida y me he quedado bien a gusto.

Después de unos minutos de silencio, algo me dice que mi prima se está moviendo por el pasillo. Oigo un ligero crujido de una baldosa que está un poco suelta y un ligero clic del tirador de su puerta. Ahora estoy seguro que mi prima Charo ha sido testigo de una soberana paja a su salud.

El día siguiente pretende ser normal. Mi prima viste un pantalón vaquero que le sienta de maravilla y después de desayunar de despide de toda la familia con la excusa de que tiene que salir de compras con unas amigas. Estamos en vacaciones de Navidad y no es nada extraño en ella pues le encanta salir de compras.

Apenas me ha mirado y no me ha dirigido la palabra ni una sola vez. Al despedirse, el beso que suele repartir a todos a mi me sabe a cielo. Me impregno de su perfume y mi corazón se acelera.

A media mañana recibo una llamada al móvil. Es mi prima Charo. Esta en unos grandes almacenes ...