1. Siendo sumisa


    Fecha: 24/12/2020, Categorías: Fetichismo Autor: NoSoyPuta, Fuente: CuentoRelatos

    Este es uno de mis recuerdos favoritos, de las primeras veces que deje que un hombre me dominara e hiciera conmigo lo que quisiera. Este y otros (muchos) encuentros más forjaron lo mucho que me gusta que me sometan, me peguen y me den órdenes.
    
    Sucedió hace unos años, contaba con 25 años y vivía sola, y eso significaba que disfrutaba de mi soltería y cada fin de semana desfilaban diferentes hombres por mi cuarto. Uno de mis favoritos era Tony. Nos conocimos en un antro, un shot y dos besos después ya íbamos en el taxi rumbo a su casa, sus manos ya iban dentro de mi pantalón y nuestras bocas estaban pegadas. Llegamos a su departamento y en ese momento las cosas cambiaron, entramos a su cuarto y pude ver ligas y cuerdas en el piso, bajo la cama, también alcancé a ver una venda de ojos negra, de satin y unas esposas. Tengo que admitir que me dio mucho miedo, y aun así mis calzones estaban empapados y mi vagina me pedía que terminara lo que empecé.
    
    Tony se dio cuenta que veía con recelo las esposas "Jugamos?" me preguntó. Levante las manos y puse las muñecas juntas, estaba dentro y el miedo se estaba alejando, mientras que la excitación no me dejaba pensar muy bien. Tony tomó las esposas y me las puso, dejando mis manos en mi espalda. "Tenemos que usar una palabra segura, que te parece 'rojo'". Asentí repitiendo 'rojo, rojo, rojo' en mi mente. En un instante su semblante cambió, se acercó a mi y me ordenó que me quitara los tacones y me acostara en la cama, boca arriba. Obedecí temblando un poco de calentura, mi corazón estaba a mil por hora y sentía como se enfurecían mis pezones. Con fuerza me quitó el pantalón y me abrió de piernas. No me di cuenta en qué momento se quitó la ropa, y podía ver qué estaba erecto. Se arrodilló entre mis piernas y con el glande me acariciaba el clítoris, sobre la ropa interior "No puedes gritar, ni gemir" me dijo cuando deje salir un suspiro "por cada ruido que salga de tu boca, te daré un castigo, de acuerdo?" Asentí con la cabeza, no sabía a qué se refería con castigo pero aún no quería averiguarlo. Siguió acariciándome, subía sus dedos por los piernas, y con la otra mano desabrocho mi blusa y libero uno de mis pechos, el pezón rozo sus dedos y mi blusa, sensación que me hizo estremecer y soltar un leve gemido.
    
    "Te dije que no podías hacer ruido" me dijo mientras se ponía de pie, mis piernas y mis pezones se quejaron, necesitaban sus caricias. "Te toca un castigo, ponte de rodillas" me dijo, casi a gritos, me volví a espantar pero obedecí. Inmediatamente sentí un golpe en el culo, justo en medio, fue obvio que fue con un cinturón de cuero y sentía claramente cómo se me calentaba la piel y se enrojecía. Extrañamente, también sentí los comienzos de un orgasmo, cosa que me pareció fascinante y sin poder evitarlo, volví a gemir. Esta vez, sin avisar, sentí de nuevo el golpe, ahora más abajo, golpeó también mis piernas y llegue a sentir un poco de escozor cerca de mi vagina. "Para por favor... me voy a venir" ...
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