1. La evangelizadora y yo


    Fecha: 12/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Con veinte años ya tengo vida independiente y por supuesto con muchas limitaciones pero ese es otra historia, ese viernes por el cumulo de trabajo me quede en la oficina hasta entrada la mañana del sábado y sentí que apenas me había metido a la cama cuando alguien llamo con mucha insistencia y me levante bastante molesto para ver quien se atrevía a interrumpir mi sueño y me encontré con una de esa tantas señoras que según ellas se dedican a evangelizar y mi irritación fue mayor pero cuando trate de cerrar la puerta ella se interpuso lo que aumento mi ira al máximo aun así actué con cierta prudencia, que pretende señora si ya lo noto me encuentro en calzoncillos, si ya lo note pero eso no me interesa y ya no me pude contener, ha entonces lo que usted pretende es que yo le muestre mi verga y diciendo y actuando me saque la verga del calzoncillo y se la mostré y su actitud me desconcertó momentáneamente ya que no desvió la mirada mucho menos se retiro por el contrario me empujo y se introdujo al apartamento, mientras yo mecía mi verga con una mano y ya comenzaba a ponerse dura, dicha mujer no podía aparta la mirada de mi verga podía ver como estaba tragando saliva y eso que no soy un súper dotado mi verga mide escasos 18 centímetros sin articular palabra alguna los libros que cargaba escaparon de su manos tal parecía que esa era la primer vez que veía una verga, con su actitud pasiva tome la iniciativa, le tome una mano y casi le obligue a que tomara mi ya dura verga y al contacto sentí como toda ella se estremecía pero no la soltó a pesar de que yo ya había soltado su mano solo le daba ligeros apretoncitos, vamos ya no seas tímida acaríciala, juega con ella hasta puedes chuparla si gustas, su mirada ya era vidriosa cuándo por fin me miro a los ojos y yo que soy un cabron bien hecho me aproveche de ella diciéndole ha ya sé lo que tú quieres es coger verdad, solo movió la cabeza asintiendo así que la conduje ala recamara donde de inmediato comencé a desnudarle sin que ella se opusiera más aun cooperaba conmigo aunque en total silencio
    
    Ya desnuda podía sentir como todo su cuerpo vibraba con mis besos y caricias y sin que yo se lo pidiera u obligara ella sola tomo mi verga y comenzó a acariciarla y por fin hablo, tienes un pene enorme el de mi marido es así señalándome el tamaño con los dedos por su seña calcule que estaba hablando de unos diez o quizás doce centímetros, pienso que tal vez no me entre tu enorme pene, quise reír con su comentario pero me contuve, tú no te preocupes por eso solo deja que yo lo intente ya que estoy seguro que te va entrar todo y colocándola en la cama me metí entre sus vibrantes pierna y al colocar mi mano en su vagina note que ya sus vello se encontraban con cierta humedad lo que me alegro ya que con tanta lubricación dentro de su vagina me resultaría más fácil meterle la verga
    
    Coloque entre sus labios vaginales la punta de mi verga y suavemente se la fui metiendo, aaa, aaa, aaa, me detuve y pregunte, te duele, no, ...
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