Tarta de cumpleaños - Relatos Eróticos

Tarta de cumpleaños

... iguales. Marina le dijo que sí, pero ella no tenía quien se la limpiase. Pedro se puso delante de ella y la limpió también con la lengua.

Nos miramos las dos y seguimos con la tarta, aunque solo con la mirada ya estábamos de acuerdo en lo que íbamos a hacer. Disimuladamente Marina cogió un puñado de mermelada y se la restregó a Pedro por la cara, él se lo tomó con guasa y nos dijo que ahora teníamos que limpiársela como él había hecho.

Me acerqué y le pasé la lengua por la cara, cuando iba a pasarle de nuevo le lengua se retiró y dijo que era el turno de Marina. Esta sin cortarse un pelo le pasó la lengua y me miró por si me había sentado mal. Al ver mi cara sonrió.

Era mi turno de nuevo y al acercarme no me di cuenta de que había cogido el bote de nata en spray y me roció el estómago después de levantarme la camiseta. Me sorprendió porque no me lo esperaba y menos que se agachara y empezara a pasarme la cara y la lengua mezclando la nata con la mermelada de su cara.

Le dijo a Marina que le ayudara a limpiarme y esta sin cortarse un pelo se arrodillo junto a él y empezó a chuparme el ombligo. Pedro me separó un poco la braga del biquini y me roció con más nata por dentro, con la mano me la aplastó contra el pubis y noté como se esparramaba. La verdad es que me excitó sentir el frío.

Pedro me bajó la braga y cogiendo a Marina del pelo le aplasto la cara contra mi pubis al tiempo que le decía que me limpiase con la lengua. Sentí su lengua pasando por mi raja y después me estiró el vello con sus labios para limpiarlo de nata. Con un acto reflejo fui a retirarle la cara cuando Pedro me sujeto la mano y aplastó la cara de Marina en mi coño. Ella no perdió el tiempo y empezó a chuparme.

La situación se estaba saliendo de madre. Por un lado no me sentía cómoda y por otro estaba en la gloria. Pedro metió la mano por dentro de mi camiseta y esparció la mermelada hacia los pechos, cuando los alcanzó empezó a magreármelos. Fue lo que me desató.

Cogí la jarra de leche y la vertí encima de ellos. Pararon al momento y me miraron sorprendidos. La leche empapó la camiseta de Marina y se pegó a sus grandes pechos, los pezones oscuros quedaron marcados en la tela. No sé que se me paso por la cabeza. Inconscientemente puse las manos sobre sus pechos y le cogí los pezones ya de punta. Nunca había acariciado los pechos de otra mujer.

Nos incorporamos los tres. Pedro nos hizo tumbarnos a las dos en la mesa, nos subió las camisetas y nos chupó los pechos. Nos los untó de nata y los limpió con la lengua aprovechando para mordérnoslos sensualmente mientras nos pasaba las manos por el pubis.

Le bajó la braga a Marina y se quedó prendado al ver su coño totalmente afeitado. Como si quisiera ponerle vello se lo llenó de nata y se la restregó, metiéndosela incluso dentro con los dedos. Ver sus dedos dentro de Marina hizo que desapareciera en mí cualquier atisbo de pudor, si es que me quedaba algo.

Cogí el bote y metiéndome la punta dentro de la ...