1. El pastor rumano


    Fecha: 05/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... únicamente a sus pechos, lo que no rápidamente notamos mi mujer y yo. Seguimos charlando y Vladi no paraba de llenar de vino tanto mi vaso como el de Maricruz.
    
    Vladi- dije yo- ¿no querrás emborracharnos, que no haces otra cosa que llenarnos los vasos no?
    
    Pedro es que me parece que quiere aprovecharse de nosotros, dijo Maricruz.
    
    ¿Y por qué dices eso? – pregunté yo divertido.
    
    Pues porque como te dije la otra noche, Vladi me invitó a que viniera a esta cabaña con él el otro día con perversas intenciones.
    
    Pero bueno Vladi, no pensaba eso de ti.
    
    Bueno, Pedro, es que como tú estabas medio durmiendo, pensé que sería un desperdicio no intentar hacer algo con tu mujer.
    
    Vaya, vaya, así que como no has podido descargar últimamente con tus putas, habías pensado en hacerlo con la puta de mi mujer ¿no?
    
    La verdad es que sí, que estoy muy cargado y tu mujercita es la que se me ha puesto a tiro estos días, dijo él animado por la confianza y el verme divertido hablando del tema.
    
    Vaya hombre, que te parece a ti Maricruz.
    
    De lo que ella hiciera o dijera ahora dependería lo que pasara en los siguientes momentos. Podía seguir adelante con la situación o cortarla.
    
    Pobrecito, dijo Mari con voz mimosa. Anda, ven aquí a ver cómo estás de cargado….
    
    Vladi se levantó y se acercó a la banqueta donde estaba sentada ella. Con manos expertas, Mari desabrochó el botón del pantalón, bajó la bragueta y dejó caer el pantalón. El calzoncillo marcaba una buena barra de carne, lo que se confirmó cuando ella también lo bajó, y como un resorte apareció una gruesa barra venosa, descapullada y con una cabeza muy gorda. Mi mujer agarró a Vladi del culo, le acercó a ella, me miró y se relamió y rápidamente hizo desaparecer dentro de su boca la verga del hombre. Veía como aquel cipote desaparecía en la boca de mi mujer y volvía a aparecer cada vez más reluciente por la saliva de mi señora. De repente, dejó de chupar y mirando hacia arriba y en tono de mal humor dijo:
    
    Vladi, eres un cerdo, tío. Huele que da asco esta zona, tienes que ducharte más.
    
    La respuesta de Vladi fue agarrar la nuca de mi mujer con las manos y obligarla a seguir chupando. Se notaba que estaba empezando a disfrutar de las atenciones y de la boca de mi mujer. A mí me hizo mucha gracia el comentario de mi mujer sobre el olor corporal de Vladi, porque sabía perfectamente que el olor a sudor y a otras sustancias de la zona genital excitaba muchísimo a Maricruz y la ponía como una perra. Tal es así que paró de chupar de nuevo la polla, y volviéndose hacia mí, me dijo:
    
    Anda, cariño, deja de pajearte y ven a quitarme el suje mientras sigo con lo mío.
    
    Me levanté y la quité el sujetador, mientras Vladi me decía:
    
    Joder tío, vaya mujer que tienes. La chupa mejor que las putas con las que he estado.
    
    Ya lo sé, amigo, la verdad es que tengo mucha suerte con ella.
    
    Gracias, chicos – dijo ella.
    
    En vez de volver a mi sitio, me senté detrás de ella y empecé a masajearla los pechos ...
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