1. La mamá de mi enemigo


    Fecha: 26/09/2020, Categorías: Fetichismo Autor: georgos04, Fuente: CuentoRelatos

    ... culo grande y respingón, no pude evitar abalanzarme sin piedad sobre esas deliciosas tetas para besarlas, lamerlas y chuparlas, ella gemía y con sus brazos me acercaba a sus tetas acariciándome y animándome a seguir.
    
    -Así es, cómelas.
    
    Empecé con la teta izquierda, lamiendo, besando y chupando esa teta en su totalidad, terminando en ese delicioso pezón, chupaba, besaba y lo lamía, lo hice por casi diez minutos.
    
    -Ahora la otra, mi amor.
    
    Me tomó la cabeza y me la puso en su la teta derecha, yo la recibí con gusto repitiendo la misma operación, no quería desprenderme de ese maravilloso pezón. Y ella también lo disfrutaba, me quitó la camiseta blanca que tenía y empezó a besar y tocar todo mi pecho y abdomen, puso su mano en mi entrepierna y acarició mi miembro.
    
    Me bajó el pantalón y el bóxer, dejando mi miembro al aire, empezó a chuparlo como una profesional, también lamía mis bolas de una forma maravillosa.
    
    -Sí, continúa.
    
    Mientras Roy la miraba celosamente, habló reclamándole a su mamá.
    
    -Mamá, ¿Por qué a él y no a mí?
    
    -Eres tan patético ¡Cállate!
    
    Cuando estaba a punto de correrme la levanté y la recosté boca abajo sobre la mesa, le bajé el tanga, le empecé a hacer el anilingus, a besarle y tocar ese maravilloso culo, era todo un manjar. Mientras ella solo gemía y me pedía más.
    
    -Amor, ahora métemela.
    
    - ¡Mamá!
    
    - ¡Cállate!
    
    Yo le metí el pene hasta el fondo de su coño, asegurándome de que ella lo disfrutara, ese caliente coño se sentía bien abrazando mi pinga ambos gemíamos extasiados y pegábamos nuestros cuerpos sudorosos, nos dimos un beso caliente y apasionado, nuestros cuerpos se fundían.
    
    -Cambiemos al misionero.
    
    Rápidamente se cambió de posición y le metí la pinga desde ahí, no paraba de disfrutar eso, aproveché para chupar de nuevo esas tetas y besarlas.
    
    -¡Me vengo, no pares!
    
    Mientras gemía del éxtasis gritó esas palabras, tuvo una gran corrida llenando mi pene de sus fluidos y convulsionando, yo también estaba cerca.
    
    -¡Yo también me corro!
    
    Grité dando el aviso mientras gemía, ella me envolvió con sus piernas mientras aún convulsionaba por la corrida.
    
    -Córrete dentro, ¡dámelo todo!
    
    -¡Aaaaaa!
    
    Logré sentir una ola de placer gigante llegar a mi cuerpo, me corrí dentro de esa caliente vagina, es el mejor sexo que he tenido en mi vida, derramé toda mi semilla dentro de ella, ambos buscamos nuestras bocas y nos fundimos en otro beso, nos abrazábamos mostrando nuestra gran lujuria, casi nos habíamos olvidado de Roy hasta que él habló.
    
    -¿Ya puedo irme?
    
    Decía con los ojos rojos por el llanto, su mamá lo autorizó y el subió las escaleras.
    
    -Esto solo empieza, ya nos divertiremos después.
    
    Me dijo dándome un último beso y dirigiéndome una lujuriosa sonrisa.
    
    Continuará… 
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