1. Yo, Marianela. Capítulo 13: Esposa y madre


    Fecha: 05/05/2019, Categorías: Transexuales Autor: pobreeunuco, Fuente: TodoRelatos

    ... Simplemente nos fuimos a vivir juntos, como hacen muchas parejas en la actualidad.
    
    Una tarde de octubre, Saúl me llevó en auto para que conociera la que sería nuestra casa.
    
    Esa primera noche juntos, Saúl tomo posesión de mí. No hubo sangrado, por supuesto, dado que no había himen que rasgar, la mía era una vagina quirúrgica. Pero no fue nada facil para mí. Era la primera vez que estaba con un hombre, y no sabía que sentiría cuando su miembro (entre mediano y grande) se abriera paso en mi vagina. Pero Saúl estuvo muy considerado y, aunque sufrí y sollocé un poco, luego todos se encaminó bien.
    
    Rápidamente, más rápidamente de lo que yo había esperado, me adapté a mi nueva vida. Saúl era un hombre de buen carácter con el que resultaba fácil llevarse bien.
    
    Durante el día me ocupaba de las tareas de la casa, al anochecer preparaba la cena y me ponía bonita y deseable para recibir a mi esposo. Saúl estaba encantado conmigo.
    
    ¿Qué siento por Saúl? Bueno, me lo he estado preguntando. La falta de testosterona y el suministro de hormonas femeninas han cambiado un poco mi orientación sexual, cosa que suele suceder. Y después de todo este tiempo, he aprendido a apreciar, y a querer, lo que un hombre, y en especial Hassan, tiene de atractivo.
    
    ¿Cómo es Saúl? Bueno, hay que partir de la base de que es un hombre anticuado, patriarcal, machista, en fin… Lo que espera de mí (y lo obtiene) es una esposa sumisa y obediente. Y si me porto mal, él tiene su estilo. Simplemente me pone boca abajo sobre su regazo, me levanta la pollera, me baja la bombacha y ¡paf, paf, paf!, hasta que mis nalgas quedan rojas como dos tomates maduros y mi cara bañada en lágrimas. Es su manera de asegurarse que seré siempre una buena esposa. Sin embargo, yo considero que no es malo conmigo. Normalmente me trata muy bien, y tiene momentos en que es muy dulce y cariñoso. Sé que sería incapaz de hacerme daño de verdad.
    
    Lo único que me costó un poco aceptar (pero tuve que hacerlo) es que a Saúl le gusta salir a divertirse con sus amigos. Lo que ellos llaman “ir de putas”. Una noche de juerga. Ellos no sienten que eso esté mal, o que sea infidelidad. Sería infidelidad si salieran habitualmente con otra mujer. Pero el sexo ocasional es para ellos una diversión de hombres.
    
    Cuando Saúl y sus amigos salen de juerga, las mujeres solemos reunirnos a pasar el día juntas.
    
    Conversamos, intercambiamos chimentos, jugamos a las cartas, hasta que los hombres vuelven, por lo general un poco achispados…
    
    En cuanto a la satisfacción sexual que yo tengo, bien, no está del todo mal. Pasamos momentos agradables en la cama. Saúl más que yo, en realidad, porque para él es el hombre el que decide todo en la cama, y la mujer debe decir a todo que sí, y complacer a su marido. Pero no me quejo.
    
    Tía Gertrudis viene a visitarme todas las semanas. Sé que me extraña mucho. Pero está muy contenta de verme por fin encaminada, y no tener ya que preocuparse por mí. Siempre, antes de irse, me ...