1. LA FAMILIA


    Fecha: 03/05/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    un hermoso miembro, duro, venoso, grueso y de unos 26 centímetros de largo, una mano rugosa me tiene del pelo y me hace tragar entero su pedazote de carne y luego lo saca y vuelve a meterlo todo hasta mi garganta.
    
    ¿Quién es? ¿Por qué estoy así?
    
    La historia empieza hace tres meses, en una costa de algún lugar conocí a un hombre que me quitó el aliento, con mis 17 años y por primera vez veraneando sola con amigas, éramos cuatro con muchas ganas de aventuras.
    
    Él era un guapo moreno, de unos 25 años, ojos oscuros y labios carnosos, alto. Estaba con tres amigos más y se acercaron a nosotras, que estábamos en la piscina del resort, para hacerse amigos, se sentaron en unas tumbonas que estaban vacías, pero Aldo, así supe que se llamaba y le dicen Al, se puso detrás de mí quedando yo entre sus piernas largas y sin mayor trámite, me rodeo con sus brazos para que me afirmara en su pecho. Sentí su miembro viril duro contra mi parte baja de la espalda.
    
    Yo no soy muy alta pero estoy bien desarrollada, tengo una cintura delgada y un rostro común y corriente pero se dice que mis ojos hablan y mi boca sensual provoca al beso, pelo negro muy largo, en ese momento cogido en la parte alta de mi cabeza. No fui capaz de alejarme de él, me parecía un milagro que habiendo dos chicas mucho más bonitas que yo, él que era el tipazo, me hubiese elegido a mí.
    
    “Hace calor, ¿vamos al agua?” me susurró al oído, y antes que le respondiera se paró y cogiendo mi mano me llevó al agua, tomando mi cintura saltamos a la parte más honda.
    
    Mi pequeño corpiño del bikini se subió con la zambullida dejando mis tetas a la vista, él las cubrió con sus manos y volvió a poner la tela en su lugar, nadamos un rato y de pronto me besó con pasión.
    
    En la tarde nos volvimos a juntar y fuimos a bailar, al segundo día dijo que yo era su novia, casi me quedo sin voz. Al atardecer me pasó a buscar en su auto y fuimos a ver la puesta de sol. Allí me empezó a besar y me sacó las tetas para chuparlas, yo me inquieté, pero era una experiencia nueva. Tomó mi mano y la puso en su bulto, yo tímidamente le acaricié sobre la tela.
    
    “Sácala!” me dijo.
    
    “No, nos van a ver” respondí.
    
    “¿Nunca has tenido una verga en tus manos?” su sonrisa era burlona.
    
    Yo me aparté y dije:
    
    “¿Tú qué crees?” tratando de que mi voz fuese firme, pues tenía el cuerpo estremecido.
    
    “¿Qué edad tienes?” me había vuelto a abrazar y me besaba suave las orejas y el cuello.
    
    “Tengo diecisiete años, en un mes y medio cumplo dieciocho” respondí con hilo de voz.
    
    “Vaya pensé que eras mayor! ¿Con quién vives?”
    
    “Con mi tío que es mi tutor, mi padre trabaja en el extranjero!”
    
    Sentía un raro cosquilleo en mi sexo pues él no dejaba de amasarme las tetas y pellizcar suave mis pezones.
    
    “Pon la mano en mi pico, ¿eres virgen?”
    
    “Sí, a veces juego un poco con mis dedos en mi…bueno tú sabes” dije roja hasta las orejas.
    
    “¿Y lo disfrutas?, cuéntame que sientes”
    
    “Yo…yo no quiero hablarte de eso, es que me ...
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