1. FERNANDA EN FIN DE SEMANA. Y SU MAMA TAMBIEN


    Fecha: 03/05/2019, Categorías: Confesiones Autor: niebla, Fuente: RelatosEróticos

    Todo tiene un inicio, luego de mucho meditar, y miraditas distraídas, y algún tema de conversación sin sentido,
    
    y más de un roce sin querer, me di cuenta de lo obvio.
    
    Fernanda no era como todas las nenas. Pero, yo no me daba cuenta. Roces de manos, o caricias por debajo de la mesa,
    
    miradas en las fiestas de cumpleaños,
    
    o ella ponía sus rodillas, o piernas sobre las mías, o
    
    sentaba su trasero sobre mi muslo, tocaba mi rostro, mil veces, pasaba su lengua por mis pómulos,
    
    y apoyaba su torso sobre mi cuerpo, y se hacia la dormida. Para que yo la lleve a dormir a su cama.
    
    No sé si tenía alguna experiencia antes mi sobrina, o en la charla con sus amiguitas más grande, charlan sobre sexo, y que hacer, porque es tremenda. Debo confesar que digo mi sobrina, por decir, Magaly solo es amiga de mi mujer, adoptamos como sobrina a Fernanda.
    
    Pero creo que su obsesión conmigo lo traía desde los cinco años, pero claro, yo decía, ella no tiene papá y usa una imagen masculina,
    
    pero buscaba, y se paraba enfrente mío, con su calza, que se le metía bien adentro, ya con 12 años, y me miraba fijo enfrente mío bailaba para mí y se subía la calza. Era un juego de seducción, al cual yo me prestaba, pero sabiendo que esta mal. Porque uno no puede dejarse llevar.
    
    Y a la vez mostraba mucha ternura que me tenía temblando y me venía calentando, ya casi a propósito, en un momento distraído lentamente sentí su mano tocando mis dedos, la miro fijamente, observo su mano, y se sintió incomoda y se levantó rápidamente,
    
    y se fue al baño, calcule yo a refrescarse yo me relaje, y deje mi mano sobre el sofá.
    
    Ella paso, me miro y se fue hacia la cocina yo la notaba rara, la tensión de momento era evidente y
    
    luego, volvió a pasar, como quien va a la habitación,
    
    y se frenó, ya no traía pulóver, tenía una musculosa, más grande que ella suelta, de tiras delgadas
    
    y se abalanzó sobre mí, muy caliente como un animal en celo.
    
    Si algo torpe y paso, me di cuenta de eso
    
    como si mi cuerpo estuviera untado en manteca,
    
    sus manos, pasaron por mis muslos, mi brazo derecho, le sujete la cintura, un tanto gruesa, mi brazo izquierdo empezó en su hombro, y bajo
    
    en cámara lenta, por su seno, pero metiéndose por su musculosa, desde el cuello , mientras ella cerraba sus ojos, refregando su culo, por mi pierna, una de sus manos quedo contra mi bulto, agitada, respirando fuerte, me tiento la manoseo, le apreté los senos, pellizque sus pezones, le miro la boca, y ella sonriente me guiña un ojo, se detiene y suavemente miro, adentro de su musculosa y volvió a subir su mirada, sonriente, como endemoniada, mi brazo lo empecé a retirar, haciéndole una mueca de disculpas, rozándole suavemente su pequeño pezón, pero mi mano derecha, que sujetaba su cintura, se deslizo, y la tome de su nalga, metiéndole toda la palma, sobre su cachete, hermoso y carnoso, se mordía los labios para no gemir, cuidando que nadie se diera cuenta, entonces sentí mi verga dura y vi como ...
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