1. Perversión en pareja


    Fecha: 01/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Luis99, Fuente: CuentoRelatos

    Hola a todos, este es mi primer relato, me presento, mi nombre es Luis, tengo 25 años, soy un chico de estatura media, rubio y corpulento, al que le encanta cumplir las más perversas fantasías con su pareja, Bea, de 23 años, bajita, morena, de ojos verdes, con un culo espectacular y un ansia insaciable de sexo.
    
    Os voy a contar nuestra última y más excéntrica fantasía cumplida.
    
    Después de mucho tiempo pensando, finalmente nos lanzamos y decidimos tramar nuestra más enorme y lujuriosa perversión. Lo primero fue contactar con una sala erótica que frecuentamos para que nos ayudara a realizar la fantasía. Lo segundo fue publicar el anuncio en una página erótica. Buscábamos a 15 chicos, de entre 20 y 40 años, con pcr negativa y test de ETS también negativo, relativa buena forma física y ningún tipo de escrúpulo.
    
    Tras más o menos dos meses de búsqueda ya teníamos todo lo necesario y vía sala erótica contactemos con los chicos para informarles del día.
    
    Bea y yo llegamos más o menos media hora antes para prepararlo todo. La até a una mesa con las piernas abiertas, completamente desnuda, solamente adornaban su hermoso cuerpo unas medias lenceras negras, a juego con su pelo y con mis perversiones. Acto seguido, le puse una máscara de gata de estilo veneciano, para ocultar su identidad, que dejaba libre su boca y sus ojos esmeralda. A continuación, yo me puse también una máscara similar, que dejaba al descubierto también mi boca, hice pasar entonces a los chicos, que finalmente resultaron ser 13. Ellos traían también máscaras, aunque distintas a las nuestras, las suyas ellas blancas, y cubrían todo el rostro. Les expliqué de nuevo las tres únicas condiciones, la primera, nada de besos, en ninguna parte del cuerpo, la segunda, nada de violencia y la tercera y más importante, por lo menos 10 debían correrse en el coño de Bea, sin limpiarlo, uno detrás de otro, los otros 3, si lo deseaban, podían correrse en su boca o en el resto de su cuerpo.
    
    Los chicos empezaron a desnudarse, cuando todos estaban desnudos, yo lo hice también, y llené a mi novia de aceite de masaje. Eso le encanta, literalmente cogí todo un cubo de aceite y se lo eché por encima, la masajeé por todo el cuerpo y comencé a comerle el coño. He de decir que de todas las mujeres con las que me he acostado ninguna tenía un coño como el de Bea. Unos labios perfectos, abultado, con un clítoris fácilmente localizable hasta para el más inexperto, y con una densa mata de vello justo encima, en forma de triángulo. Mientras se lo comía comenzaba a gemir, cada vez de forma más exagerada, hasta que se corrió. Entonces, puse mi enorme polla (24 cm) sobre su coño. El calor y la dureza de mi polla sobre su clítoris la volvía completamente loca, la empecé a mover suavemente sobre todo el coño, en ese instante, entre sus gemidos, miré hacia atrás, todos se tocaban, algunos de forma más impetuosa, otros despacio, cuando Bea se corrió, esta vez con un impresionante squirt, se la metí, muy despacio y ...
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